martes, 20 de mayo de 2008

163. LA RECOGIDA DE LAS CEREZAS COMO NUEVA OPORTUNIDAD

He pasado unos días en una finca cerca de Jaraiz, provincia de Cáceres, en la Extremadura española disfrutando la recogida de las cerezas, la fruta más apreciada y mejor valorada de cuantas se producen en La Vera.

Las cerezas de esta zona son las primeras del año en España, tienen gran calidad, alcanzan buenos precios en el mercado y suponen un ingreso, interesante aunque pequeño, para el agricultor que tiene no muchos árboles, por los costes de la mano de obra que requiere la recogida y la clasificación.

Es realmente un placer ver la fruta en el árbol, arrancar una a una o de dos en dos las cereza, gustar alguna e ir llenando cestas.

Ahora bien, es absolutamente cierto que con los precios que logra el productor, la rentabilidad de este delicioso fruto mal compensa el trabajo, los costes y la preocupación de cuidar y mantener los árboles durante todo el año.

Por ello, acaso haya que pensar en formas diferentes de optimizar el cultivo, en nuevas oportunidades de negocio. Y se me ocurre una que posiblemente no sea válida en La Vera pero que he visto en alguna parte de Europa con otros cultivos.

Creo que, aunque habría que estudiarlo en profundidad, es posible incentivar y aprovechar el turismo rural o ecológico ofreciendo cerezas de calidad, en el árbol, a un buen precio, a quienes tengan interés en ello.

Alguien me dirá que solo para las cerezas no vale la pena y puede tener razón, pero en una comarca en la que se produce todo, luego de las cerezas vienen las brevas, se pueden ofrecer hortalizas de lujo, también higos y fresas, para al final de la temporada, avanzado el otoño, dar su oportunidad a las calabazas.

Buenas carreteras, alojamientos correctos, precios sensatos, un poquito de gestión, algo de marketing y un punto de riesgo, pueden hacer de lo que es hoy un negocio pobre una oportunidad interesante para el mañana.

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