viernes, 19 de diciembre de 2008

214. MI AMIGA ES UNA MUJER DE BANDERA QUE ESTÁ MALITA



Sí, tengo una amiga, es una mujer de bandera que está malita.

Hace ya muchas horas que, al igual que otros amigos, he recibido un correo suyo, que puedo usar, porque las cartas son de quien las recibe y no de quien las escribe, y que puedo hacerlo para apoyar a mi amiga en algo y, acaso animar un poco a otras personas que, lo se bien, cuando lean sus palabras, reconocerán lo que a ellas también les pasa.

Dice mi amiga en su correo, que es una carta:

“...después de reflexionar sobre mi vida, como ha sido, lo bien y lo mal que lo he pasado, he llegado a la conclusión de que, en el ir y venir, he tocado el fondo muchas veces y, hasta ahora, siempre había superado todo de alguna manera, pero claro era mas joven, y mi intelecto estaba intacto, pero ahora uff”

Triste, ¿Verdad?

Y, más tarde, añade para intentar verlo y que los amigos también lo veamos del todo claro:

“...estoy en el principio, sin fuerzas, decepcionada del mundo. ¿Por qué unos sí y otros no? ¿Quién es el que hace que todo vaya bien o mal ?...”

Y, antes de terminar, acaso para matizar y, en la ambivalencia, animarnos, así nos habla:

“...porque al final, todo falla. Estoy pensando que quizás, puede ser que esté expiando las culpas de una vida anterior... bueno no se, el caso es que tengo la obligación de seguir adelante aunque no me apetezca nada.... “

Sí, mi amiga es una mujer de bandera que está malita, tiene melancolía del alma. Ella, que es inteligente, animosa, buena y además de todo ello, muy guapa, ha gozado, sufrido y siempre y también ha superado cuantas pruebas le ha ofrecido una vida que, por intensa, solo los elegidos del cielo pueden tener y disfrutarla.

Mi amiga, la mujer de bandera que a todos nos encanta para estar con ella, llevarla del brazo e ir por la calle, presumiendo, con ella, está malita y tiene ganas de nada.

Por unas horas, por unas fechas casi no es ella. Estoy, estamos todos muy tristes. Ella sufre mucho porque esta malita.

Mi amiga, en la lejanía aparente de la gran distancia, la mujer de bandera, se siente muy mal, está triste. Sus amores perdidos, sus ilusiones tronchadas, sus esperanzas vanas y las fuerzas casi del todo gastadas.


Mi amiga, la mujer de bandera, esta malita. El cielo grande, lleno de estrellas que siempre la acompaña es, en estas horas cárcel que encierra su siempre libre y hermosa alma.


Sí, mi amiga, la mujer de bandera, está malita, tiene eso que antes llamaban una melancolía del alma.


Pero no pasa nada, en un ratito, solo hay que superar la racha, ella, la mujer de bandera, en pocas fechas, estará sana.


Se muy bien que las medicinas, el calor de la amistad, el amor de todos y las fuerzas que, aunque ella no sabe donde, para este momento, tiene guardadas, harán que muy pronto mi amiga, la mujer de bandera, vuelva a alegrar su alma y con la suya, de paso, también las nuestras que ahora comparten con ella la tristeza en el alma.

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