viernes, 22 de octubre de 2010

350. GORDA, VIEJA, FEA



Hace unos días escuché en el autobús a dos jovencitas, bien peinadas y razonablemente vestidas hablar entre ellas en un tono más bien alto y me sorprendió muchísimo que entre ellas se llamaran, cariñosamente una a la otra, cosas como “guarra”, “puta” y “cerda”.

Eran tan feas las palabras que salían de sus bocas que para mí las dos jovencitas perdieron todo su encanto e incluso me espantó pensar que en cualquier momento pudieran dirigirse a mi  para decirme algo.

Más tarde, impresionado por lo que había visto, comenté el hecho con  personas conocedoras de los secretos del lenguaje femenino que,  aunque me  acusaron de  obsoleto,  me sacaron de la ignorancia: En algunos sectores, no los más bajos, de nuestra sociedad, llamar a una chica “guarra”, “cerda” o “puta” no es ningún insulto, los buenos insultos, los que duelen, son “gorda”, “vieja” y fea.

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