jueves, 2 de febrero de 2012

439. DE CÓMO VAN LAS COSAS



José Luís, ¿Cómo van las cosas?

Es la pregunta más repetida de entre las que me  formulan mis amigos, sobre todo los que están lejos, en las últimas semanas.

La pregunta normalmente no tiene el propósito de inquirir sobre mi vida personal o familiar, más bien se refiere al contexto político, económico y social español y, en este sentido, escribo ahora lo que pienso del ¿cómo van las cosas?, en este momento.

Os diré.

En el tema político estamos mucho mejor  desde  que, al final del año pasado,  el Sr. Rajoy se hizo cargo del Gobierno de España.

Parece que la situación ha cambiado sustancialmente, tenemos un Primer Ministro serio y unos Ministros bien preparados  que, en principio,  pueden hacer frente al enorme reto de arreglar los tremendos destrozos que nos han  dejado los ocho años  del Sr. Rodríguez Zapatero.

Debo decir además que  la gestión del Gobierno,  aunque  es muy corta y ha cometido algunos errores de comunicación, parece acertada y no está defraudando a los ciudadanos.

Por otro lado, el Partido Socialista en estos momentos se prepara para celebrar, dentro de pocos días, un Congreso en el que tratará de poner fin al drama interno en el que le ha sumido su anterior Secretario General. Espero que el partido de Felipe González vuelva a ser pronto un referente digno del pensamiento y de  las expectativas de una parte muy importante de la sociedad española.

En el tema económico, lo primero decir que estamos en recesión, que Europa está muy mal y que es dificilísimo  que la situación  mejore  significativamente en los próximos dos o tres años.

Además,  en las últimas semanas los indicadores de confianza  han mejorado, y esto es bueno.

También decir que el gobierno ha tomado algunas medidas muy importantes para la reducción del gasto público,  ha hecho una subida fuerte  de los impuestos directos y se prepara para resolver la crisis del sistema financiero (las cajas de ahorros siguen siendo un problema) que permita el flujo del crédito a las pequeñas empresas y a los particulares,  hacer una gran reforma de la Legislación Laboral y, esto es vital, apoyar a los emprendedores y a las pequeñas empresas.

En general las medidas parecen acertadas, sin embargo,  discrepo profundamente sobre la utilidad de la subida de los  impuestos directos (típicamente socialdemócrata) que no creo resulte positiva para el impulso de la economía.

En cuanto al desempleo, creo que este año seguirá subiendo, en gran medida por la reducción de efectivos ocupados, directa o indirectamente,  en las administraciones públicas y en empresas que debilitadas por la larga crisis no podrán resistir hasta que la economía mejore. 

Un efecto colateral del desdempleo es la emigarción masiva de jóvenes y no tan  jóvenes profesionales, que por su importancia, comentaremos en otro momento.

En el entorno social vivimos un momento de aparente calma que deseo de corazón se mantenga. Sin embargo, los recortes en los gastos sociales, el desempleo y la desesperanza de muchas familias y de millones de personas, pueden generar en los próximos meses estallidos serios provocados por la tensión social.

En resumen, y  respondiendo al ¿cómo van las cosas?, decir que vamos mejor que hace unos meses, que las perspectivas son buenas,   pero que hace falta bastante tiempo, no pocos sacrificios y  mucho trabajo para que podamos decir que vamos bien.

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