miércoles, 6 de junio de 2012

458. LA IGLESIA CATÓLICA Y EL IMPUESTO SOBRE BIENES INMUEBLES (IBI)



En las últimas semanas se ha desatado una importante polémica sobre la exención del pago del Impuesto sobre Bienes Inmuebles que tiene la Iglesia Católica en España.

Las opiniones y justificaciones sobre si debe o no mantenerse la exención son muchas, muy serias y valiosas algunas y muchas otras mera expresión de sentimientos y posiciones subjetivas de personas y grupos sociales que están a favor  o en contra de la Iglesia Católica y de otras religiones.

Mi opinión sobre el tema es muy simple: Los impuestos y las exenciones a los mismos solo se justifican en tanto son aprobados por leyes que son aprobadas o derogadas por  el Congreso de los Diputados  ya que esta Cámara es el órgano en el que se expresa la voluntad política de los españoles. Por ello, si el número de representantes de la voluntad popular que son partidarios de  que la Iglesia Católica, la Cruz Roja o la Organización Pimpi, estén exentas  del IBI, es absolutamente legítimo, al igual que es legítimo que si el número de diputados que es contrario a la exención,  es mayoritario, estos impulsen y voten una Ley  por la que la Iglesia Católica,  la Cruz Roja y la organización Pimpi, paguen el IBI o cualquier otro impuesto.

Es cierto que en España  la Iglesia hace cosas muy buenas y que hay muchos millones de españoles que son católicos y les agrada que el Estado use parte de sus impuestos en sufragar  inversiones y gastos de la Iglesia Católica, pero  entiendo también que en España hay también millones de personas que  siendo o no católicos, detestan que su dinero, recaudado a la fuerza por el Estado, sea  puesto a disposición de la Iglesia Católica. Por ello, en democracia, lo sensato es que la mejor solución sea la que tenga el mayor número de votos en el Congreso de los Diputados.

Por otra parte y para terminar esta entrada, decir que, aunque como un  honesto saduceo, soy un miembro de la Iglesia Católica  que tiene  claro que Jesucristo no fundó ninguna Iglesia, que Jesucristo siempre se mantuvo fiel a la religión de sus padres, que Él creía y predicaba  la doctrina del Amor, que Él  no acumuló nunca riquezas ni estuvo cerca del poder,   que para Él era  mucho más importante el ser que el tener y estoy convencido de que, para  el mundo, sería mucho mejor que la Jerarquía Eclesiástica y los laicos católicos olvidásemos de conseguir  dinero  y ejercer el poder y  dedicásemos  todos los  esfuerzos  a  ser personas que viven el Amor.

1 comentario:

Eugenio Palacios dijo...

Estoy de acuerdo en todo, salvo en una cuestión semántica. Es legal, será legal, pero no legítimo.
Te lo digo con todo el cariño. Saludos.
Eugenio Palacios