sábado, 3 de agosto de 2013

499.EL PEDERASTA ESPAÑOL INDULTADO EN MARRUECOS VUELVE LIBRE A ESPAÑA


Nadie tiene la culpa, nadie ha hecho la lista, nadie es responsable y nadie va a  hacer nada para evitarlo: Daniel Galván Viña, de 65 años, español, condenado en 2011 a 30 años de cárcel por abusar de 11 niños  con edades comprendidas  entre  los cuatro y los 15 años, ha sido indultado por el Rey de Marruecos, junto a otros 47 españoles, con motivo de la visita a ese país de D. Juan Carlos I, y volverá libre a España.

Como es natural, el indulto del pederasta  Daniel Galván Viña ha indignado a los ciudadanos marroquíes que no entienden que ese monstruo salga de la cárcel 28 años antes de lo que establece su condena y   marche a España tranquilamente.

Algo curioso: Ni  la Embajada ni el Embajador  de España en Marruecos, ni el Ministerio ni el Ministro  de  Asuntos Exteriores, ni el Ministerio ni el Ministro del Interior, ni  la Casa Real, que por acción o por omisión han permitido el indulto del pederasta  Daniel Galván Viña,   tienen la culpa de nada y  son responsables de nada.

Y, seguro que  quienes hubieran podido evitar que el pederasta saliera de la cárcel para volver en libertad en España, dado que  “el tema de la pederastia no es de su negociado”, tampoco ahora harán  nada para que este hombre,  considerado por los expertos como “pederasta de riesgo gravísimo”, no vuelva a cometer abusos sexuales ni en España ni en ninguna parte.

Solo me queda la esperanza de que “un juez loco”  a instancias de “algún loco”, encuentre una “fórmula loca” para encerrar en la cárcel a este monstruoso  pederasta antes de que haya más niños víctimas de  nuevos delitos cometidos por  el indultado Daniel Galván Viña

De  nuestros políticos, tan listos, lo más que espero  en este tema, como en tantos otros, es que si Daniel Galván Viña reincide  y abusa  de  más niños,  muy serios, delante de un micrófono, nos digan, a modo de excusa, muy dolidos ante la desgracia ajena,  dos  frases como y  “me he equivocado” y   “…si yo hubiera sabido que…”

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