jueves, 20 de febrero de 2014

527. DE HIJAS, NUERAS, MADRES Y SUEGRAS


Hoy, paseando con mi mujer y mi perra  disfrutando de una soleada  mañana de invierno nos hemos encontrado con una amiga que desalentada y llorosa nos contado las últimas hazañas de su suegra. No sabe qué hacer para soportar la tempestad de maldades  que la madre de su marido  ha  desencadenado sobre su familia.

Como es natural, hemos quitado hierro y la hemos animado dentro de lo que es posible animar a quien comienza ahora a padecer  los horrores que acompañarán su vida familiar durante los próximos años.

Sin embargo, debo decir que cuando escucho, cada vez con más frecuencia, las muy fundadas quejas que doliéndoles el corazón  expresan hijas y nueras sobre los comportamientos  que tienen con ellas sus madres y suegras se me  llena el  alma de amargura y pienso cosas que  me espantan.

Hay hombres  que  cuando se hacen viejos dan mucho la lata. Gritan, se quejan, comen o no comen, tratan de hacer lo que les viene en gana y sus hijos, hijas, nueras y yernos, de cuando en cuando desean  tirarlos por la ventana  y quedarse tan anchos.

Pero las mujeres, ¡ah las mujeres! Las mujeres, no pocas que son  madres y suegras, ¡ah las madres! ¡ah las suegras!, cuando se hacen viejas,  ellas  que fueron dulces, fuertes, bondadosas, buenas y  cariñosas,  tienen la metamorfosis y se hacen terribles: ásperas, mentirosas,  manipuladores, mandonas, desagradables;  se hacen  tan malas que llegan a ser espantosas.

Las hijas y  las nueras de esas mujeres terribles a pesar de todo,  sufriendo mucho, aunque estén hartas, cuidan a sus madres y a sus suegras. Y yo, cuando veo lo que  hacen con ellas sus madres y sus suegras,  pienso que son santas y no entiendo cómo se las arreglan para no matarlas.

No digo que con sus hijos y sus yernos  las mujeres terribles  sean santas, pero con los  hombres  sus  madres y sus suegras tienen  cuidado para no traspasar el límite que les haga olvidarse de ellas  y  no volver a verlas hasta que llegue el momento de enterrarlas.   

Probablemente lo que ahora pasa con las madres y las suegras que sufren la metamorfosis sea  lo mismo que ha pasado toda la vida y que todas las generaciones  tengan que pagar  el mismo tributo de dolor que han pagado las anteriores.

Sin embargo, ahora que veo la vejez   cerca,  me sublevo contra el terrible pecado de desamor que no pocos  viejos y sobre todo muchas  viejas cometen con sus hijas y sus nueras.


¿Tiene sentido vivir haciendo daño a quienes por ley natural solo deberías  dar  amor?

3 comentarios:

Unknown dijo...

Interesante, Veridicas, tambien hay que anotar historias, como mujeres tan posesivas, pasan por encima de quien sea o lo que sea con tal de obtener lo que QUIEREN no tienen un comun minimo de "RESPETO " abusan, y son jovenes la mayoria seguro! los hombre las llegan a venerar, y las suegras o mujeres a las que tu te refieres viejas ya como dices o amargadas que pesar me da de verdad .....
hay de todo en este mundo
unas nueras que son peligrosa. La education no se quien se las dio, No entiende que el sufrimento de una Madre es algo que Dios no hecha en balde (roto) el RESPETO ES LA CLAVE. firma: MACABIH

JOSE LUIS MINGO dijo...

Tienes Razón María del Carmen, hay de todo...y hasta es posible que las "viejas detestables", en su juventud, fueran ya "malas mujeres" que amargaban la vida de sus familias y, especialmente, de sus suegras...

Como bien dices, hay de todo en la viña del Señor...

Muchas gracias por tu comentario.

Unknown dijo...

Fui buena nuera, yo le recomendaba a mi esposo visitar su madre, no olvidarla, Yo cuidaba de sus hijos y esposo cuando de vaciones se iva, cuando se enfermaba, no me alabo tambien habian ratos asperos, pero si le doy gracias a Dios la oportunidad que tuve, de que si se puede con calma, donde hay RESPETO. Las cosas cambiaron....., nada es perfecto, Mi esposo cambio otra consiguio...., mi suegra la espalda me dio, que pesar como murio...., a pesar de todo pido con fervor este hoy en el Reino De Dios!