jueves, 21 de agosto de 2014

537. A FAVOR DE LA GUERRA CONTRA QUIENES NOS HAN DECLARADO Y NOS ESTÁN HACIENDO LA GUERRA SANTA

Los  yihadistas  del Estado Islámico, poseedores de la fe  más absoluta en las enseñanzas de su religión y  convencidos de su absoluta  obligación de convertir el mundo en un oasis de paz gobernado por la doctrina muy justa  que ellos ven en su interpretación del  Corán, están  asesinando a miles y miles de personas porque no quieren convertirse y obedecer los dictados de  su exacta religión.

Los  yihadistas  del Estado Islámico, estoy convencido de ello,  maltratan, torturan y asesinan sin piedad a  seres humanos, creen   perseguir el bien porque están convencidos de que sus acciones  están inspiradas  por Ala, por el mismo Dios, al que sirven con fervor y al que ofrecen  el sacrificio de sus propias vidas.

Además, otros fanáticos musulmanes, ajenos  al Estado Islámico, hinduistas y de otras religiones, desde que el mundo es mundo, han  asesinado y siguen asesinando, con todo tipo de justificaciones,  en nombre de Dios, a otros seres humanos.

En  todas partes hay  cristianos, hinduistas, budistas y  también mahometanos, especialmente en tierras del Profeta, que  pagan con el dolor y  la muerte su resistencia a aceptar la tiranía de  la  religiosidad radical de los fanáticos yihadistas,  hombres y mujeres, crueles sin límite,  en su  lucha para implantar en todo el mundo   su visión única y excluyente  del Islam.

Nosotros, los no fanáticos,  cristianos, musulmanes, hinduistas, budistas, agnósticos y ateos, asistimos horrorizados a lo que entendemos  como  enloquecida barbarie de unos  fanáticos  y ,  curiosamente, aceptamos goteos incesantes de asesinatos mirando a otro lado, sin hacer ni decir  nada, hasta que  el horror de  los  crímenes  nos satura, y pedimos a nuestros gobernantes que hagan algo y  cuando estos lo hacen  les  exigimos que no hagan daño a  los asesinos y nos espantamos cuando nuestros soldados, defendiendo nuestras vidas, disparan a nuestros enemigos.

Es evidente que la guerra es mala y nadie gana con ella; es un hecho  que nadie gana con la guerra y que ésta es un enorme mal. Pero, ¿qué hacer si hay un ejército de fanáticos que nos ha declarado  y nos está haciendo ya una  guerra, una guerra que para ellos es  justa y santa?

Creo, y lamento creerlo,  que  si no queremos ser asesinados o convertirnos al Islam de los fanáticos islamistas, más nos vale luchar con todas las armas contra quienes nos han declarado esta  guerra y no cejar hasta  ganarla. Cuanto más tardemos en derrotar a este enemigo mortal  más dolor y más muertos tendremos que lamentar.

Es triste, muy triste y cruel, muy cruel acudir a las armas e ir a la guerra, pero cuanto más tardemos en afrontar la situación y luchas hasta ganar esta guerra más tendremos que invertir en cañones y menos en alimentos y educación para hacer mejor el mundo.


Por cierto, entre los daños colaterales que puede  producir la guerra  que nos han declarado  los yihadistas  del Estado Islámico y otros terroristas islamistas, seguro que está generar en  los no musulmanes odio a todo, incluido lo bueno, que significa el Islam. También sobre este tema hay que pensar y actuar. 

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