viernes, 25 de junio de 2021

958. DE MIS UCRONÍAS

 

DE MIS UCRONÍAS

 

 

Aunque en España y todo el primer mundo, gracias a las vacunas, la pandemia producida por el virus COVID 19, parece que está contenida y la vida comienza a volver a la normalidad, en una gran parte de Asia, América y casi toda África, por ahora sigue haciendo estragos y, muy probablemente, el mal del coronavirus se convertirá en endémico.

 

Sin embargo, porque los españoles no estamos libres de graves problemas y hemos de pasar tiempos muy difíciles que llevarán a nuestros hijos y a nuestros nietos a vivir en una sociedad muy diferente a la que hoy conocemos, debemos soñar y luego, acaso, reflexionar sobre los posibles futuros abiertos ante nosotros, elegir alguno de ellos y, si así lo decidimos, luchar para conseguirlo.

 

Por ello, y porque dentro de los grandes problemas de la geopolítica el siglo XXI, el  primero y el que más nos afecta a los españoles es el drama que supone el desafío secesionista de Cataluña, su extensión a otras zonas de la península, la felonía de la jerarquía de la Iglesia Católica y la locura del actual gobierno social comunista, dispuesto a eternizarse en lo que quede del Reino de España o a morir, literalmente, en el intento; porque es vital para el futuro, nuestra imaginación y nuestra reflexión, pienso, podría centrarse en este tema.

 

Y, porque ante un papel en blanco, con la mente libre de prejuicios, existen múltiples, acaso infinitas, formas de imaginar, de soñar el futuro y más todavía, para hacerlo realidad, dejando de lado la ideología y los intereses de los políticos y el ruido de confusión que tanto inciden en las emociones de los hombres y las mujeres, sujetos pasivos de los aciertos o desmanes de los poderosos, se abre ante nosotros, entre muchos, un camino alternativo para nuestra creatividad e imaginación: ponernos en el mañana, inventar y escribir ucronías.

 

¿Mis ucronías?: Podría imaginar, con su historia y con su sociedad cada una de ellas, preciosas o terribles ucronías en mundos en los que “todo sigue igual”, en una “Europa de Regiones”, en la “Hispania ibérica”, en la “Europa rota en mil fragmentos”, en el “Nuevo y Gran Imperio”, en la del “Estado 54”, en la de los múltiples idiomas y en la del Quecha Total; en la del Papa Omella o en la Ciudad sin Dios; son tantas…; y en todas ellas hombres y mujeres en amor y desamor, niños en las calles o en las escuelas, jóvenes ilusionados o perdidos, viejos influyentes o la eutanasia a los 70; con la vida fácil para todos o matando para comer; se me ocurren también tantas…

 

¿Desvarío?: Quizá; acaso imaginar ucronías desde el mañana sea, o ni eso, un medio para evitar caminos que conviertan a alguna de ellas, en Historia real. Sin ir más lejos, retrocediendo algo en el tiempo, ¿seríamos cómo somos si los abuelos de nuestros abuelos hubieran pensado un poco antes de hacer lo que hicieron?  

 


 

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