SEGUNDA ESCENA
Encerrado con los suyos en precioso contubernio, escondido en lo más profundo de Palacio, don Narciso, el
capo, en silencio, se mira y admira en la
gran pantalla, regalo de Dana, el empresario conseguidor, y respira; se
reconoce, es bello, es elegante y hermoso; eleva la cabeza y ladra: woof, bow wow, ruff, trump, trump, woof;
los demás se miran y lo admiran, no lo entienden. Don Narciso lo disfruta,
pobres, son incultos, me necesitan, y repite, ahora más claro: guau, guau,
guau, triunfo, triunfo, guau, guau, guau.
Casca, el juez antes digno, ante tanta listura
y belleza, no lo puede evitar, olvida su
cita, se siente hombre y proclama: ¡muy bien, muy bien don Narciso, vamos a por
ellos, tengo la cárcel preparada, lo sabes todo y, mejor o peor, siempre ganas!
Gafitas, retorciendo su collar con orgullosa alegría, ¡ha valido la pena!,
¡está en el contubernio!, no entiende
nada, pero mira y admira, ¡está con dios!, si hay que rezar rezo, si hay que
mentir miento, por este hombre, por don Narciso cualquier cosa, hasta ir al infierno.
Y saltando, por la emoción sin poder emitir palabras, exhala largos qrititos,
muy agudos, bien afilados, cual cuchillos.
Retaquito, fea y deslenguada, ha
disfrutado la arenga, ¡parece que la he escrito yo!, y, muy contenta exclama; ¡Sí,
mi capo, eres el más listo y tienes razón, vamos a ganar esta guerra, es hora de
sacar los tanques, de usar los cañones, de volar los aviones, mientras tu llenas
de flores y regalos, solo para nuestros, la televisión!
Miocardia, arpía ella, curandera y salada, vestida de lujo, ocultas en guantes sus manos quemadas, al escuchar a don
Narciso, ha recobrado la esperanza, y aplaudiendo con las orejas, proclama:
¡qué listo eres don Narciso, de todo nos salvas! ¡Yo seguiré tus instrucciones,
seguiré con ahínco llenando la bolsa y riendo tus elocuentísimas gracias!
Maldad la bruja fea, la más arpía, piensa: ¡es verdad lo que dice, pero
no me creo nada! Recuerda a Tula, la arpía alta, rubia y tartamuda, siempre
preocupada por los pobres y por la pasta; y a Juco, el fullero, bien peinado; el
capo les mandó a casa. Y, por si acaso, sonríe, se hace invisible, se sube a la
escoba, da tres vueltas por el techo de la sala, aterriza y, muy sonriente,
exclama: ¡Muy bien don Narciso, eres el más listo, si tú lo dices será verdad,
y ya los tenemos jodidos, sí es sí, don Narciso, que los tenemos jodidos!
El Judas serio y callado, se dice en silencio: ¡Lisardo, que va siendo
hora!, ¡que no me descubra!, ¡que no hay más remedio!, ¡que ya no es cosa de precio!, da un salto y exclama: ¡perfecto
mi capo! ¡a por ellos!
Ña, la enamorada, elegante y sinuosa, embelesada, se aproxima a don Narciso,
con una mano le acaricia una oreja mientras al oído le reza: ¡muy bien mi bello
amor, muy bien mí corazón, mis ideas, tus ideas, son lo mejor. Pero, no lo olvides, haz que Judas, Retaquito y el Gafitas hagan su labor y, enseguida, ni un duro,
y al paredón. ¡Cuánto te amo mí Narciso, mí adorado amor!
Don Narciso sonríe, se siente bello, es el más listo, hace un gesto,
todos salen del contubernio y, a solas, vuelve la mirada a la televisión, la
imagina no apagada, levanta la cabeza y, mirando al cielo, ladra: woof, bow
wow, ruff, trump, trump, woof, guau, guau, guau, triunfo, triunfo, guau, guau,
guau, guau, guau, guau, triunfo, triunfo, guau, guau, guau, ¡Soy como Dios!
1 comentario:
Sarcasmo inteligente 👍😉
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