Tengo que reconocerlo, en el cúmulo de acontecimientos, desde los aranceles del presidente norteamericano, la celebración de la Semana Santa, la muerte del Papa Francisco, el apagón del lunes y lo que pueda pasar hoy, aunque parezca baladí, lo que más me impresiona es la figura incombustible del doctor Sánchez, el ínclito gobernante del Reino de España.
Sí, su inteligencia, su ambición, su habilidad para adaptarse a las circunstancias,
su capacidad para sumar voluntades, rehacerse en la adversidad, destruir al
enemigo, hacer maldades y permanecer en el poder, me causan admiración y asombro,
tanto que he llegado a pensar que es un caso único que puede entrar en la Historia
de España.
Al pensar en ello, ¡qué extraña es la memoria!, reaparecen en mi
pensamiento las magníficas páginas que mi amigo Luis Fernando Suarez de Lezo Cruz
Conde escribió para su novela, no la pudo terminar, sobre don Álvaro de Luna,
el poderosísimo Condestable en la convulsa Castilla del siglo XV.
Y, enseguida, ¡menos mal!, me doy cuenta de que
el doctor Sánchez, a pesar de sus muchas capacidades y sus no pocas maldades, aunque
lo pueda parecer, quizá porque no tiene en la familia un Papa, nunca podrá alcanzar
el poder que tuvo y mantuvo durante muchos años, el realmente incombustible don
Álvaro el Luna y respiro, ¡detesto la sangre!, salvo que, como el Condestable, muera
decapitado, el doctor Sánchez no entrará en la Historia.
3 comentarios:
Sí, si entrará en la historia que no en la Historia, aunque puede que también. El relato puede tergiversarse de tal manera, que parezca bueno, feliz, positivo y hasta necesario, todo lo que estamos viviendo. La Historia tiene extraños amanuenses.
Una que escribe
Muchas gracias por este comentario y, también por los anteriores, siempre acertados. Y, Tiene toda la razón, la Historia tiene extraños amanuenses
Es genial de verdad!!! Me ha encantado
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