Todavía en la resaca de la Semana Santa, del todo
abrumado y tratando de comprender y asimilar la vida y la
obra del Papa Francisco, encuentro en Linkedin un breve artículo del gran sicólogo
que es el maestro don Juan Francisco San Andrés y, luego de leerlo varias
veces, no me resisto a reproducirlo en este blog.
Dice así:
“El experimento denominado Universe 25 descrito
en el post adjunto por Alvin Foo, es extremadamente aleccionador para los
humanos.
A una colonia de hasta 600 roedores, nacida de 4
parejas iniciales, le dieron toda la comida, agua y espacio que necesitaban, ya
no tenían que buscar comida ni luchar por la supervivencia. Los patrones de
apareamiento se habían trastocado por completo, aparecieron
"matones", apareció una casta de ratones llamados "
hermosos" y otra de hembras aisladas.
En un ambiente de amenaza las hembras no cuidaban a las pocas crías que tenían y pronto la natalidad casi desapareció. Las conductas homosexuales se multiplicaron y la colonia se abocaba rápidamente a la extinción.
El experimento se repitió muchas veces, con los mismos resultados.
Cada cuál extraerá sus conclusiones, pero yo no puedo dejar de pensar lo que
siempre he pensado: si se implanta una Renta Básica Universal, si no hay que ir
a trabajar porque la IA y los robots lo hacen por nosotros (y también cotizan
por nosotros), si el control de la población por medio del control de las redes
y del dinero electrónico es absoluto, ¿qué será de los seres humanos sin un
propósito?
Si se piensa en serio y sin prejuicios se verá que no estamos tan lejos de este
escenario".
2 comentarios:
Si todo nos lo planifican y nos lo hacen, nos hemos convertido en animalitos domésticos de corral, alimentados y controlados. El ser humano perderá el estinulo y el interés de vivir y de reproducirse.Sera el fin de la especie humana. A eso parecen querer llevarnos estanueva y globalizadora sociedad.
Feliz día del Libro. Tiene algo en proyecto? Mientras escribamos y leamos estaremos fuera del corral previsto. Saludos
Una que escribe.
La técnica nos ha llevado a niveles de gran bienestar, muy superior a cualquier momento anterior. Hoy, cualquier persona con un empleo modesto tiene las misma comodidades o parecidas a un monarca de antaño, pero no somos más felices. A menudo la felicidad va en razón inversa al bienestar.
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