Hoy he leído una noticia triste, muy triste, tan triste que, porque soy
un abuelo educado en el pasado, aunque ahora está muy mal pensarlo y peor
decirlo, no me he podido contener, y, entre sollozos, pensando en los atribulados
padres de la chica, he lamentado el hecho y, con inmensa tristeza, me he dicho:
“¡Ah, las mujeres; no hay quien las entienda! Esta chica se ha vuelto loca, a sus años, ella, tan seria, tan educada, tan leída, tan prudente, tan bonita, tan estudiada, ha dejado a su buen marido para fugarse con un “mal hombre”, ha caído en las redes del peor de los peores canallas, se ha dejado seducir por un bandido que, seguro, convertirá su vida en un infierno.
Qué ¿quién es la chica?, se llama Beatriz Gutiérrez, hasta ahora la esposa
fiel del expresidente mejicano López Obrador, que, según dice algún periódico,
luego de una vida maldiciendo la maldad de los españoles, ahora, con 56 años, cual si fuera la joven Malinche antes de ser doña Marina, quiere, espero que sin renunciar a ser mejicana, ser española, tener la nacionalidad del Rey Felipe VI y nuestra, la de los detestados españoles.
Y claro, porque soy un viejo educado en otros tiempos, lo pienso dos
veces y me corrijo: “no, doña Beatriz no es una loca atrapada en un amor
tardío, realmente es una mujer inteligente que, a sus años, quiere asegurarse,
una vejez tranquila, con los españoles que no son tan malos, lejos del ambiente de enfrentamientos y odios en
que, con su marido ha vivido y compartido”.
Y, concluyo recordando otra realidad
que sabemos los viejos: del amor al odio solo hay un paso y del odio al amor,
si salta la chispa, ni medio paso.
3 comentarios:
Bueno, a los 56 años no se trata de un amor tardío, sino maduro, aunque no lo sea. Me refiero a la edad. 56 años en los tiempos de hoy, es estar en la plenitud. Tardío, sería un amor de stenta ochenta...que también los hay y hasta resultar recomendables porque rejuvenecen.
En cuestion de sentimientos poco se puede decir y menos juzgar.El amor es asi: se presenta y todo salta por los aires. No hay reflexión ni consejo que valga. El amor, tardío o no suele ser un problema. Pero también la sal de la existencia. Aunque a veces amargue.
Una que escribe.
Siempre acertada, todo cuanto dice es cierto y, además, porque existen los milagros,el amor tardío hasta puede hacer que el otro, la otra o los dos cambien.
Se acuerda de una preciosa película Del rosa al amarillo... pues eso. La historia de amor entre los dos ancianos del asilo era más luminosa y entrañable aún que la de los jóvenes.
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