El Gobierno del doctor Sánchez, además
de no estar haciendo nada para ayudar a los inmigrantes hispanos en el drama
que están viviendo en Estados Unidos, y facilitar la entrada en España de
magrebíes y subsaharianos, está tratando, y quizá consiguiendo, para las
próximas elecciones, el voto de los hispanoamericanos en España.
En estos días, luego de
los acontecimientos, malos, en Torre Pacheco, el grito ¡No hay que votar a Vox, si ganan, como
en Estados Unidos, nos van a echar!, se repite una y otra vez en el pensamiento
y en las palabras de miles, millones quizá, de hispanos, y también de magrebíes y
subsaharianos en toda España.
Ya lo sabemos, el doctor Sánchez para
mantenerse en el poder, es capaz de todo y esto, sin duda alguna, es un éxito
en la campaña del doctor Sánchez para obtener votos en las próximas elecciones, y es también resultado de una
demoníaca manipulación, usando el miedo, de los sentimientos de millones de
personas para confundir sus ideas y ganar sus voluntades.
Y, para contribuir a clarificar lo que realmente
está sucediendo con la inmigración hispana, explicaré a continuación el muy
duro y complejo proceso que sigue cualquier hispanoamericano para venir y
quedarse en España.
Primero: en casa, en Venezuela, en Nicaragua, en Ecuador, o en cualquier lugar de América, porque lo está pasando mal o porque quiere mejorar, alguien, hombre o mujer, decide emigrar; entonces piensa dónde, en el extranjero, tiene familia, amigos o conoce a alguien que le pueda ayudar.
Segundo: ya tiene el contacto en España,
este le acogerá; toma todos sus ahorros, incluso pide prestado dinero, viene a
España como turista y cuando termina su estancia legal, se queda aquí, ilegal.
Caso distinto pero similar, es el de estudiantes hispanos que vienen a España para completar su formación y deciden, cuando terminan, en lugar de volver a casa, quedarse irregularmente acá. Entonces su situación es igual que la de quien llego directamente con intención de trabajar.
Tercero: el inmigrante, como todos, para
vivir, tiene que trabajar, y lo hace, como puede, ¡hay trabajo!, pero siempre sin
papeles, con muchos miedos e irregular. Así tiene que estar dos años y, cuando
los cumple, tiene que conseguir un contrato de trabajo, ¡no es fácil!, y
solicitar la residencia legal, que se tarda en lograr más o menos un año adicional. Además,
como es sabido, los inmigrantes ilegales están cubiertos por la sanidad pública
y tienen ayudas de Cáritas y otras ONGs,
El caso de los profesionales, incluso
los que han completado sus estudios en España, médicos, enfermeras, por
ejemplo, tiene otra complicación: para ejercer legalmente su
profesión requieren la homologación de sus títulos que, cumpliendo todos los
requisitos, ¡aun siendo necesarios!, puede demorar varios años más.
Cuarto: teniendo ya la residencia legal, pasados otros dos años, los hispanos pueden hacer el examen de nacionalidad y, una vez aprobado este, pedir la nacionalidad española, que se les otorga alrededor de un año después. Y, a partir de ese momento son españoles con todos los derechos y pueden solicitar, para sus hijos, nacidos fuera de España, la nacionalidad.
Quinto: con el tiempo, no demasiado, los antiguos emigrantes y sus hijos, porque tiene la misma cultura, quedan integrados por completo en la sociedad española.
Evidentemente, el proceso es largo,
complejo, doloroso y está inserto en una nube de miedos que padecen los
inmigrantes y, con voluntad suficiente, bien se podría mejorar; pero, el miedo guarda
la viña, y el Gobierno del doctor Sánchez mantiene el sistema, asegurando que las
derechas quieren expulsar a todos
los inmigrantes, ellos lo creen, garantizarse en las próximas elecciones los votos de los españoles que fueron inmigrantes y sus allegados.
¿Qué dicen las derechas a todo
esto? Vox que hay que regular la inmigración, pero, teniendo razón lo explica peor
que mal, y parece que quiere para los inmigrantes todos los males y más. El Partido
Popular, empieza a decir algo similar, pero, por si acaso, bajito y también mal.
¿Qué pienso yo? Es sencillo, nosotros
somos igual de hispanos que nuestros hermanos de América, la situación actual
es una barbaridad que solo, si no hacemos nada, puede empeorar, por ello
tenemos que afrontar el problema, ¡es muy, muy difícil!, entre todos, los de aquí y los de allá, con
generosidad.
NOTA: el caso de los inmigrantes no
hispanos, sobre todo magrebíes, aunque es similar, difiere cualitativamente por
la llamada a venir ilegalmente y las
ayudas que el Gobierno del doctor Sánchez concede a cuantos no profesan la
religión católica y practican el islam. Y aquí, en este punto concreto, en la
llegada masiva de estos inmigrantes, es donde está el mayor peligro para nuestra sociedad, y que, ciertamente, deberíamos evitar.
1 comentario:
.En esto de la emigración el problema no es el racismo, el color de la piel, sino la religión y las maneras de ver la vida. Es lo que verdaderamente hace que dos comunidades distintas se fusionen o se enfrenten. Los hispanos se integran. Los musulmanes no.
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