viernes, 28 de marzo de 2008

148. OPORTUNIDADES EN ÉPOCAS DE RECESIÓN. EL PODER DE LA ILUSIÓN.

En mi actividad profesional dedico no poco tiempo al impulso de la actividad de emprender y al asesoramiento de emprendedores. Ello me obliga a un permanente esfuerzo en mi puesta al día en el estado del arte y, sobre todo, en la reflexión sobre las actitudes y comportamientos de las personas que se lanzan a la aventura de trabajar por cuenta propia o crear su propio negocio.

Una de las razones que con mayor frecuencia impulsan a personas que a lo largo de su vida profesional han trabajado siempre por cuenta ajena y nunca se han planteado tener una actividad laboral independiente, es la pérdida del empleo cuando han cumplido años y se hace casi imposible conseguir otro nuevo, sobre todo, en épocas de recesión.

Sí, es muy difícil trabajar en solitario. Es, además de muy duro, una aventura de alto riesgo que, por otra parte, casi siempre cambia la vida de la persona que emprende y, para bien o para menos bien, la de toda su familia.

Para mayor dificultad, suele ocurrir que la necesidad de “buscarse la vida” se produce con frecuencia en épocas de recesión, en las que la mayor parte de los negocios ganan poco o pierden dinero y la actividad económica estimula nada el comienzo de nuevos negocios.

Curiosamente, el ambiente de la depresión es, por despejar el campo de ilusiones, tiempo óptimo para quien quiere emprender.

La necesidad de hacer realidad su proyecto hace que el emprendedor saque lo mejor de sí mismo, se crezca ante la adversidad y se convierta, a los ojos de la sociedad, en símbolo de resolución, seriedad, fuerza personal y garantía de acierto.

Esto, en momentos en que todo es o parece negativo, cuando nadie aspira a nada fuera de esperar mejores tiempos, hace del emprendedor un poder admirable al que desea y si es posible, se facilita el éxito.

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