sábado, 20 de septiembre de 2008

191. IDEAS DE GRAN VALOR PARA SALVAR LA CRISIS

Ayer, 19 de septiembre, acudí, como otros terceros viernes de mes, a la comida que organiza la Muy Privada, Ilustre, Respetada y Siempre Respetuosa, Cofradía del Queso.

Los cofrades somos gentes comunes, todos hombres. En años, unos cuantos arriba o abajo de los cuarenta, varios pasan de los cincuenta, otros hemos cumplido sesenta y los hay que tienen setenta y más. Hay en el grupo notables tecnólogos, ingenieros, informáticos y marinos que conviven con gentes de letras, están con nosotros no pocos empresarios, una mano de militares y algunos consultores.

Ayer, entre las tres y las siete de la tarde, casi docena y media de cofrades, en ausencia del Hermano Mayor y presididos por el Segundo Hermano, como siempre, sentados alrededor de la mesa, gozamos la suerte de escucharnos unos a otros hablar abiertamente, sin necesidad de prudencia alguna, sobre nuestras actitudes, preocupaciones, ilusiones, vivencias y experiencias en la crisis que galopa, con nosotros encima, creciendo desbocada, mientras arrasa esperanzas y devora aciertos del ayer.

Sin entrar en temas privados ni comentar ideas que se están pensando o en marcha ya, manteniendo la confidencialidad y con el permiso que tengo del resto de los cofrades, como contribución de todos para paliar poco o mucho, los dramas que se aproximan, publico hoy diez de las muchas ideas que, desarrolladas con fuerza y rigor, se sometieron a consulta y merecieron unánime aceptación.

La primera de todas es Trabajar, trabajar duro, con optimismo, sin pausa, sin desánimo y con esperanza.

La segunda, ser gentes decentes, portarse bien con los demás.

La tercera tener objetivos, pocos, muy claros, no demasiado ambiciosos para ahora, ya serán más grandes luego.

La cuarta, hacer cosas sencillas, más sencillas que nunca, más baratas, con poco coste. Los clientes pueden necesitar cosas grandes pero ahora solo pueden comprar cosas pequeñas, que les valgan ahora, que renten mucho y ya.

La quinta, no gastar, adelgazar la estructura, ser leal y mantener contigo a la gente que trabaja y que también es leal.

La sexta, salir fuera de casa, buscar alianzas sencillas con gente como nosotros, también sencillas, y hacerlo sin gastar, para cosas que produzcan ya.

La séptima es ir rápido a mercados que aún ahora están creciendo, y hacerlo sin crear estructuras, sin orgullo, ofreciendo lo que tenemos y tiene un valor real.

La octava, a los clientes y preguntarles directamente, ¿en qué te puedo ayudar?

La novena, hacer cosas distintas, de forma distinta a como las hacíamos hasta ahora. Estamos en otra etapa y lo que vale no es lo bueno del ayer,

La décima es, otra vez, trabajar, trabajar, creer en nosotros, ser leales, gentes decentes, constantes, optimistas y, aún en lo peor, perseverar.

No puedo terminar esta entrada sin expresar mi agradecimiento y profundo afecto a mis amigos miembros de la Muy Privada, Ilustre, Respetada y Siempre Respetuosa, Cofradía del Queso. A todos, muchas gracias a todos.

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