martes, 4 de agosto de 2009

275. DE CONCURSO EN CONCURSO



Mi buen amigo Joaquín Oliva me envía un correo que por reflejar la realidad que viven muchos profesionales autónomos, pequeñas y no pequeñas empresas, me permito transcribir casi textualmente:

Así está el tema, ni más ni menos, y los bancos tan tranquilos.

Concursante. Ni empresario, ni emprendedor ni jefe de proyecto ni lo que me queráis llamar. Me siento concursante. Si. Como “Pasa palabra” o “Quieres ser millonario”.

Es como si estuviese todo el día respondiendo preguntas delante de mucho público esperando para aplaudir o abuchear.

Desde hace unos meses todo son concursos. No existe ya el proyecto directo en el que te eligen por tu trayectoria, experiencia o saber hacer. Concursos. Competiciones con más o menos criterio.

¿Que propuestas extras añade usted al pliego de condiciones? Paso palabra.

La crisis está llevando a una extraña situación. Los departamentos de compras han tomado el poder y se sientan a negociar contigo como si vendieses mesas, grapas o folios. No se diferencia entre servicios y nos cortan absolutamente a todos por el mismo rasero independientemente de tu experiencia, trayectoria, trabajos en proyectos similares.

Da igual. Somos horas hombre. Ni siquiera, somos lo que el departamento de compras estima que valemos. Y normalmente el de compras tienen un primo que… en fin… ya sabemos lo del primo.


¿Por qué eres un 20% más caro que esta otra oferta? Mire, es que ellos son un estudio con tres personas, que trabajan en un cuñado, que empezaron hace seis meses y su principal referencia es Ferreterías López, con todo mi respeto al Sr. López, y usted es una multinacional de 40.000 empleados presente en 25 países y el proyecto que quiere contratar supone cuatro meses de seis personas y… Paso palabra.


Y en esto entran los concursos. Si son privados y no tienen vergüenza convocan a diez ó doce empresas y ahí reciben propuestas, prototipos, presupuestos, estrategias, vamos, consultoría gratis desde muchas ópticas diferentes. Y luego eligen una para contarle lo que les ha gustado de las otras y hacer el refrito correspondiente.

Si tienen un poco de decencia sólo convocarán a 3 ó 5 empresas. Y ahí es donde pones toda la carne en el asador porque crees que tienes posibilidades: Que si me han llamado es por algo, que si eso es que quieren nuestro punto de vista, que parece hecho para nosotros… y es donde vienen las grandes desilusiones porque al final hay alguien que lo hace mejor o dios sabe que.


Nos gusta vuestra propuesta pero creemos que la aproximación que han realizado es más eficaz y encaja mejor en el briefing. Gracias por vuestro esfuerzo. Paso palabra.


Y vuelve a girar la rueda. Suena la música y un nuevo concurso. Llega la Administración. Papá Estado. Se desatan pasiones. Te presentas con toda tu ilusión y crees que esta vez tendrás suerte. Y te presentas conjuntamente con -ha habido suerte- sólo otras veintiocho empresas. Bien, para empezar arranco con menos de un 2% de posibilidades estadísticas.


Veintiocho empresas de las que veintisiete habrán tirado una cantidad ingente de dinero y esfuerzo porque la Administración no tiene un sistema razonable para hacer una preselección acorde con sus necesidades.


Un pequeño cálculo. Hacer una propuesta de sencillo desarrollo puede costar en horas unos 3.000 euros, si son veintisiete las empresas se han gastado 81.000 € para que la Administración pueda elegir. Menos mal que luego es puntual pagando.

Le falta por presentar el documento justificativo de ordenadores al servicio del proyecto ¿Como? Sí. Tiene tres días para decirnos los medios físicos que pondrá para desarrollar el proyecto. Oiga…¡¡¡Son PCs y Mac!!! No somos la NASA y su proyecto se podría hacer con NetBooks. Ya, pero debe justificar que tiene los medios técnicos necesarios para realizar el proyecto. Paso palabra.


Y sigue la rueda. Más concursos. Más propuestas. Más preguntas.


¿Ha presentado la justificación de cumplir con el Plan de Riesgos Laborales? ¿Como? ¿Y el justificante de estar al corriente de pagos con la seguridad social? Si claro. ¿Tiene la declaración jurada de …? "



Perdone, ¿Puedo usar el comodín del público?

1 comentario:

Yolanda Viveros Márquez dijo...

Su entrada es una de las descripciones más ajustadas a la realidad de las empresas de hoy en España y me imagino que en otros países. Está genial la comparación con los concursos. ¡¡Demoledor!!.