martes, 22 de junio de 2010

328.PESE A TODO, AÚN EN LAS PEORES CIRCUNSTANCIAS, TENEMOS QUE IMAGINAR, VENDER Y TRABAJAR



Las cartas son de quien las recibe, por ello, puedo reproducir algunos fragmentos de una, muy especial, que he recibido en estos días. Dice aproximadamente así:


“Estimado José Luís: Estaba reflexionando ahora, tomando un café en la terraza, escuchando el canto de un pájaro que anuncia el verano, aunque no sé con exactitud lo que me quiere decir y sin estar seguro de que quiera decirme algo, he pensado compartir contigo lo que creo que me está diciendo porque tu seguro que entiendes la lengua de los pájaros, y puedas ayudarme a entender lo que este me está inspirando.

Y este verano ¿qué? Nada, nos iremos de vacaciones, tan felices. ¿Y después del verano?: Nada. Llegará la Navidad y vendrán los Reyes, estaremos en 2011 y Nada.

Repasando fugazmente últimos meses, veo la actividad en febrero, un poco agobiado, estaba terminando un proyecto y terminando, rápido el otro, porque la llegada de proyectos nuevos e importantes, tu los conoces, era inminente En Marzo, tuve dudas pero acepté pequeños trabajos mientras llegaban , los grandes proyectos. Incluso estuve a punto de contratar a varias personas para ir adelantando el trabajo y poder así concentrarme en el corazón de cada tema. En abril, misma situación, en mayo más de lo mismo, es decir todo parado. Estamos en junio y tenemos que preparar las maletas para irnos de “vacaciones”, que parece van a ser largas.

Sigo con un optimismo que creo no coincide con la realidad, y mi pregunta es la siguiente: ¿tiene que coincidir?

Un abrazo”

El texto, tremendo, es una muestra de la realidad que están, que estamos viviendo, en España y en otros lugares del mundo, los profesionales independientes que trabajan en el asesoramiento a empresas, los empresarios pequeños y no tan pequeños, los estudiantes que egresan de las universidades y los jóvenes que, bien preparados, culminan sus estudios de postgrado. El la realidad que ahora muchos venimos a compartir con miles, millones de personas, poco o muy cualificadas, que han perdido sus trabajos en los últimos años y ven que sus posibilidades de conseguir trabajo y generar ingresos, cuando estos son más necesarios, se aleja cada día que pasa.

Y, sin embargo, a pesar de todo, es necesario conseguir trabajo, prestar servicios, ganar dinero. No hace falta decir que, cuando aprieta la necesidad, cuando hay hambre, y cada persona tiene, para los suyos, su propio umbral del hambre, todos los medios, incluidos los peores, para conseguir comida entran en la valoración de lo posible.

Pero, ¿Qué hacer que no haya hecho ya? ¿Qué hacer antes de caer en la locura? ¿Qué hacer antes de que deje de poder hacer nada?

He pensado mucho en estas cosas y, en los últimos meses, creo que las vías de actuación posible para los profesionales independientes y para las empresas pequeñas pasan por el embudo de imaginar primero y poner en acción después, nuevas maneras de generar clientes y nuevas maneras de trabajar el escenario, para todos, incluidos los más duchos, poco explorado, escenario de la globalidad.

Creo, además, que en el diseño de “lo nuevo”, es imprescindible recordar y tener muy presentes algunas cuestiones obvias que, por su tremenda importancia, incluyo a continuación.

El mundo es grande y cada persona, incluso las que más saben, conoce solamente las parcelas en las que viven y en las que trabajan. Sin embargo, si se reúnen los conocimientos de profesionales y de organizaciones de diferentes entornos, todos pueden acceder y transitar por territorios antes desconocidos. Por ello, las oportunidades para captar conocimientos se encuentran en la capacidad de las personas y de los grupos para establecer contactos eficientes con otras de otros entornos.

La globalidad ha supuesto la puesta en valor de lo próximo Cuanto mayor es el conocimiento de lo lejano más valoran las personas y los grupos sociales las propias singularidades y que diferencian “lo nuestro” de lo extraño que es, de hecho, una barrera de entrada, que tan solo puede ser abierta desde dentro, los ajenos, sin apoyo interno, no pueden entrar. Por tanto, si alguien quiere entrar en un entorno distinto del propio requiere el apoyo de alguien que, desde dentro, le abra la puerta, para que pueda entrar,

La riqueza, en sus muy distintas formas, se encuentra repartida por todo el mundo, el conocimiento se ha democratizado y está al alcance de quien quiere obtenerlo, las técnicas y herramientas en todas las artes se han hecho comunes en todos los entornos. Sin embargo, en cada lugar tienen distinto valor y son utilizadas de formas diferentes que cambian en el tiempo y en función de circunstancias. Ello implica que aunque se tenga o se sepa algo en un tiempo o en un lugar, para que sea efectivo en otro lugar o en otro tiempo, ha de ser adaptado y ajustado a este, efectividad que puede ser luego menor, igual o mucho mayor de lo que pudo se en el origen. Por tanto, para operar bien en cualquier lugar es imprescindible la cooperación entre quien está dentro y de quien ofrece lo distinto y diferencial.

Finalmente, para conseguir resultados de otras personas no se puede nunca olvidar que la primera regla es que todas las partes tengan mucho a ganar y que sabiendo esto, tampoco hay que olvidar que nadie, si no ve las cosas claras, está dispuesto a arriesgar.

En lo concreto ya, pienso que para encontrar clientes, trabajar, ganar dinero y mantener el futuro abierto, hay que hacer muy pocas cosas, todas muy sencillas de explicar y nada fáciles de realizar, son:
Tomar conciencia de la propia realidad
Analizar otros entornos

Sistematizar el abanico de lo que en unos u otros lugares se puede aportar

Captar socios potenciales para proyectos definidos, lo más sencillos posible y sin problemas para cobrar.

Trabajar con estos la oportunidad local y abrir el camino a la global.

Dejar que ellos dirijan y trabajar duro el mercado local

No querer ganar más de lo que es, en el entorno local, normal.

Antes de que cada proyecto termine, con el acuerdo del socio local, buscar otro proyecto, en el mismo o en otro lugar.

Recordar siempre que todos tienen que ganar.

Trabajar, trabajar y trabajar.

En resumen, si no queremos tener unas vacaciones eternas, por la cuenta que nos tiene, no hay otro remedio que salir fuera y, manteniendo el optimismo, con un susto de muerte, avanzar.

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