miércoles, 20 de abril de 2011

381. EL PROYECTO ILO: UNA GRAN OPORTUNIDAD PARA BOLIVIA


Mi buen amigo el ingeniero boliviano, José Guillermo Tórrez, hombre capaz y profundo conocedor de la realidad de su país, ha publicado en el diario La Prensa de La Paz http://www.prensaescrita.com/ varios artículos sobre el proyecto Ilo y la extraordinaria oportunidad que este supone para Bolivia.

Por la importancia que puede tener para el futuro, no solo de Bolivia sino del conjunto de América del Sur, en esta entrada haré una breve glosa de las ideas que presenta en sus artículos José Guillermo Torrez y un breve comentario sobre lo que yo pienso.

El origen de lo que supone el proyecto Ilo se encuentra en el acuerdo de 1992 entre los gobiernos de Perú y Bolivia, que otorga a este último país un enclave en el sureste del Perú. El acuerdo suponía conceder a Bolivia dos amplias Zonas Francas, una industrial y otra turística y el Puerto de Ilo; a estas zonas se añadieron posteriormente cien kilómetros cuadrados sobre el Pacífico, como Zona Franca de Integración Energética.

Además, con el propósito de avanzar en el desarrollo del enclave boliviano, se ha construido una carretera de 375 kilómetros que une Ilo con Desaguadero y, esto puede ser muy importante, ya está operativo un aeropuerto internacional en Ilo que hoy tiene muy escaso tráfico.

El proyecto Ilo supone para Bolivia recuperar su cualidad marítima con un puerto boliviano, en un espacio geográfico en el que se aplica la legislación boliviana y que, en última instancia, permite para este país recuperar y consolidar su presencia autónoma y permanente en el Pacífico, aunque sea sin poseer la ansiada soberanía perdida en la Guerra del Pacífico.

Ilo representa la oportunidad no solo de salir al mar, sino y sobre todo, aprovechar la ubicación central de Bolivia en Sudamérica y dar valor económico al hecho de que Bolivia es el nexo geográfico de tres grandes cuencas continentales: la altiplanicie, la amazónica y la platense, orientadas al Atlántico. Es el paso obligado entre los dos océanos y entre el Amazonas y la cuenca del Plata, es el Axis mundi Américani.

Es decir, se trata de crear un polo de desarrollo dinamizador de las operaciones de la cuenca del Atlántico con la del Pacífico, con lo que esto puede suponer para la economía de toda Sudamérica.

No olvidemos que el océano Pacífico baña con sus aguas 54 países de América, Asia y Oceanía; más del 50 % por ciento de la población mundial vive en sus orillas y en su cuenca está ya la de mayor actividad económica del mundo y es la que tiene mayor potencial de crecimiento.

Evidentemente, para Bolivia, aprovechar esta gran oportunidad supone plantear y ejecutar el Corredor Transcontinental Santos – Ilo, con sus variantes hacia la hidrovía Paraná – Paraguay y la variante del norte hacia Guayaramerín – Porto Velho, a más de construir un gran y moderno puerto en Ilo.

.Hasta aquí lo que explica con autoridad José Guillermo Torrez, ahora lo que yo pienso:

El proyecto Ilo supone una oportunidad extraordinaria para Bolivia, para Perú y para toda América del Sur, incluido Chile y, antes o después habrá que llevarlo a cabo o inventar un proyecto similar en otro lugar de la costa del Pacífico que dé salida a las grandes vías de comunicación y a sus ramales secundarios, que atravesando Bolivia de este a oeste y de norte a sur, permita una libre e intensa circulación de productos y personas entre las cuencas del Atlántico y del Pacífico.

El proyecto Ilo, para avanzar realmente en su desarrollo, requiere un enorme esfuerzo que ni Bolivia ni Perú pueden realizar por sí mismas. En mi opinión el proyecto debería ser responsabilidad de un Consorcio Privado, inicialmente con capital boliviano, peruano, brasileño y, sin lugar a dudas chileno, que contando con el apoyo de los gobiernos de estos países, pueda aglutinar intereses de empresas de países de todo el mundo.

Sin embargo, para que pueda comenzar a ser una realidad el proyecto Ilo, es imprescindible desligarlo por completo del contencioso que, por la salida soberana al mar, enfrenta directamente a Bolivia con Chile y que afecta necesariamente al Perú.

Si fuera posible dejar al margen el contencioso y hacer realidad el proyecto Ilo, en pocos años Bolivia, Perú, Chile y toda la América del Sur darían un salto de gigantes en el camino del progreso.

Sin embargo, hoy por hoy, cuando el gobierno boliviano, con el apoyo de su población reclama su “derecho al mar”; el gobierno chileno, también con el apoyo de su población, defiende el “territorio de chileno” y el gobierno peruano trata de conservar sus derechos sin enemistarse con nadie; es poco probable que se pueda avanzar en un tema tan importante como es el proyecto Ilo.

Dios quiera que mi opinión esté equivocada y el proyecto Ilo se haga muy pronto realidad. Por supuesto, cuando se inaugure el primer buen hotel de la Zona Franca Turística de Ilo seré, con mi mujer, uno de sus primeros clientes, me encantaría ser testigo del despegar de este gran proyecto boliviano.

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