jueves, 21 de marzo de 2013

488. TAN ANTIGUO COMO EL MUNDO

He visto y disfrutado  en la Cineteca del Matadero de Madrid, el día 20 de marzo,  el documental  TAN ANTIGUO COMO EL MUNDO  que,  dirigido por  Nayra & Javier Sanz Fuentes,  constituye una de esas raras obras de arte que aporta  nuestro  cine.

Producido  por Rinoceronte Films, el documental, en 87 minutos, narra, explica, muestra y, sobre todo, descubre el viaje poético  del pintor  Antón Lamazares en el simultáneo tránsito que realiza entre  hermosos y sugestivos  paisajes (Galicia, Jordania, Nueva York, Budapest y Berlín) y  una profunda  reflexión, admirablemente compartida con el espectador,  sobre los grandes temas y problemas de nuestro tiempo y del arte de  nuestro tiempo.

El film tiene ya el premio  Círculo precolombino de Oro al Mejor Documental de Arte Enrique Grau, en el 29 Festival Internacional de Cine de Bogotá y estoy seguro que a lo largo de los próximos meses no solo irá acumulando muchos otros premios sino y sobre todo, ganará  la admiración de los  espectadores en todo el mundo.

Mi más calurosa felicitación a los directores de TAN ANTIGUO COMO EL MUNDO y también a los  productores que han hecho posible esta gran obra. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sorprende la falta total de exigencia ante este bochornoso ejercicio de pobreza cinematográfica. Las escenas son una larga secuencia de topicos, sin mayor sentido que tratar de sacar la imagen de Lamazares (lo único valioso en todo el film) como si de un calendario sentimental se tratase: frente al mar, contraste al fuego, paseando en la nieve, paseando en la nuebla, con vacas, sobre rocas,....Pero por favor, que no es esto un calendario ni un magazine de tres al cuarto (¿o si lo es?) La fotografía es vulgar, el sonido horroroso, y el guión no ha pasado por manos de ningún profesional. Del dialogo mejor ni comentar....
¿Pero es que un crítico con vd no ha visto documentales de calidad?
La (apariencia) de idea de que el mundo natural está siendo destruido por el hombre (echada por tierra por una simple frase de la madrina de Lamazares) esta tan manida que no sirve hoy ni para un anuncio de helados... Y citar a gente cuyos nombres debieran estar protegidos frente a este tipo de usos, como Holderlin, Elliot o Poe está tan traido por los pelos que resulta vergonzoso.
Lo siento por los que se/nos gastaron/mos los 3,5€ de entrada en este aburrídismo bodrio. Y más lo siento por Lamazares que no se merece un trato tan disminuido.
A los directores/guionistas les prohibiría hacer cine.

Anónimo dijo...

Reconozco que me ha dejado sorprendido este comentario tan negativo. Compré el DVD al salir y lo volví a ver durante el fin de semana con un amigo escultor. En realidad, es como si anónimo y yo hubiésemos visto películas diferentes. Para mí, en ningún momento se plantea en esta película una idea tan cerrada y simple como la que afirmas de que la naturaleza está siendo destruida por el hombre. Otra cosa es que se ponga en cuestión, de manera reiterada, una determinada lógica del progreso, que es algo muy diferente. Para mí la película trata de plantear la nostalgia por el Origen/Hogar/Heimat/Infancia, que acompaña a numerosos artistas. Es más, tal y como yo lo veo, la película pone en cuestión esa nostalgia de raíz romántica sin caer por ello en una conclusión rotunda o simplista: tecnociencia vs romanticismo (protofascista).

Respecto a las imágenes que tú ves como de calendario o magazine, yo lo primero que veo en la aldea a la que regresa el artista es una mujer destrozada por el trabajo, y en el establo lo que se ve es que todo está lleno de moscas y mierda, a lo cual se suma, obviamente, la afirmación final de la madre de Llamazares, que es el cierre a todas las reflexiones sobre la aldea que se vienen proponiendo durante la película. Según ella, el mundo parece ser mucho mejor atravesado por la historia, incluso por el progreso, que en los ojos del poeta que lamenta lo perdido. Poner esa consideración en la película no parece en absoluto algo azaroso, sino más bien un cuestionamiento a la propia perspectiva del artista. Tampoco me parece azaroso que justo antes de que empecemos a ver a Llamazares trabajando, todo lo anterior se rompa con unas imágenes de la televisión a pantalla completa. Yo no puedo ver esa parte sin pensar que el mundo idílico que el pintor imagina o sueña no es ya posible porque la realidad se impone siempre con su cruda y mediática violencia. No puedo seguir ahora, pero desde luego, según escribo recuerdo momentos que me reafirman contra lo que has puesto, es más, creo que la película muestra la complejidad con la que se enfrenta el artista actual que no quiere adaptarse a determinadas modas. Coincido, eso sí, con que el sonido estaba mal en algunos momentos y muy alto en la sala, aunque la música es brutal. Pero desde luego no creo que la película merezca tu comentario.