martes, 14 de julio de 2020

864. DE LA NUEVA NORMALIDAD 8



CASTELLONET DE LA CONQUESTA

El valle, con las montañas afiladas, las laderas limpias hasta más de la mitad y luego los bancales.

Naranjos y  naranjos, de cuando en cuando un almendro, una higuera o un aguacate; cañaverales pequeños con varas altas  y algunas zarzas con  moras negras y rojas blindando  los  caminos que recorren y delimitan fincas.

Un chopo alto y frondoso marca el cementerio y, al final, donde las paredes de arbustos y piedras limpias  dejan un hueco semicircular, las nubes se juntan con el mar.

El cielo,  azul manchado,  empuja soplos de  aire cálido que  llegan  limpios para abrasarme  el rostro mientras escucho la mezcla de los  gritos, añadido de vida que, incansables,  dan los niños.

Y, amando mucho,  sin tristeza, casi con alegría, como siempre que, apoyado en el bastón, me detengo  para tomar fuerza en mi paseo, siento  cerca el recodo que anuncia el final del recorrido. 



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