El señor Trump, en enero de este año 2025, cuando
accedió a la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica, decidió y puso
en marcha una terrible persecución contra millones de inmigrantes ilegales, en
su mayoría hispanos, para expulsarlos del país.
Estamos en el mes de mayo y, aunque durante el primer trimestre
las expulsiones forzadas y las grandes tragedias de los hispanos perseguidos estuvieron
en todos los medios de comunicación del mundo, ahora, eclipsadas por “los
aranceles”, parecen haber desaparecido.
Y no, todos los días hay detenciones, encarcelamientos
y expulsiones; la persecución de los hispanos y no hispanos ilegales no cesa. Pero el mundo parece que, más o menos a regañadientes,
todo lo ha aceptado, lo ha olvidado o, al menos, está callando.
Y, hablando de España, mal entiendo que los líderes y
los medios de comunicación simpatizantes
del señor Trump, porque son “enemigos de la inmigración”, callen ante el horror
que están sufriendo millones de hispanos.
Lo que ya no entiendo es que el doctor Sánchez, los
políticos “progresistas”, y sus medios de comunicación, que toleran la inmigración
ilegal africana, no abran la boca y hagan nada por los hispanos perseguidos en Norteamérica.
Tampoco entiendo que la oposición al gobierno actual, teóricamente
liberal y humanista, en el fondo más o menos socialista, y sus medios de
comunicación, también guarden silencio.
Pero lo que peor entiendo es que la sociedad civil española esté en nada preocupada y acepte, también casi en silencio, lo que está ocurriendo
a los hispanos, lo que, a nosotros, porque ellos, somos nosotros, nos está
ocurriendo.
Y sí, es un silencio indecente que clama al cielo. Con
nuestro silencio y haciendo nada, dejando sufrir a los hispanos de América, estamos
matando el alma de España.
Que ¿qué hacer!, no es sencillo pero, si queremos, es posible: además de hablar y hablar muy alto, abrir nuestras fronteras a muchos de los expulsados y, colaborar con las naciones hispanas, para repartir el resto.
Ah, lo olvidaba: hay que tener muy presente y nunca
olvidar, quien es el enemigo y, aunque con él se puede negociar, si te
descuidas, te puede matar.
Nota: La Iglesia Católica es la institución que en el mundo, en España también, más y mejor vela y apoya a los inmigrantes.
5 comentarios:
Estimado amigo:
Veo que tiene gran preocupación por nuestros hermanos hispanoamericanos,esos,hijos de aquellas que fueron nuestras provincias de Ultramar. Yo también simpatizo y prefiero esa emigración a otra: compartimos costumbres,religión y lengua, tres pilares importantes y sangre, que la mezclamos.
Pero a veces esas.mezclas no salen bien, y viendo los errores e inestabilidad políticas de esos países hermanos que no acaban de arrancar, entre la corrupción y las revoluciones , pienso que se ha unido lo peor de nosotros y de ellos, dejando una herencia poco afortunada.
Siempre he tenido y tengo asistentas hispanas. Magníficas, buena gente, amable, cariñosa. Ellas suelen ser oro puro, pero ellos, no tanto. Ellas mismas hablan de indolencia, y hasta de violencia de muchos de sus hombres. Las bandas latinas que están proliferando en España, han traído ya inestabilidad y peligrosidad a muchos barrios. Esa puede ser una de las causas de que en Estados Unidos no se desee la inmigración latina. Habría que saber quienes y por qué causas se les expulsa. Seguro que, como en todo, pasarán justos por pecadores.
Una que escribe.
Por supuesto, tiene muchísima razón. Pero, aunque fuera necesaria muchísima prudencia, algo habría que hacer para ayudar a esos desgraciados. Creo, además, que los españoles sabemos mucho de tener que emigrar y donde mejor nos han recibido es en Hispanoamérica; por ello algo debemos, pienso.
Y todas las gracias por leer el blog y comentar, tan certeramente, las entradas
Muy buen artículo, José Luis. Creo que cabría añadir que como país tenemos el deber de contribuir al bienestar y la prosperidad de los países latinoamericanos, para que el sueño americano no sea solo el estadounidense. Se trata de una región con una inmensa riqueza cultural y de recursos, y me gustaría que la respuesta a Trump pudiera ser que todo el mundo quisiera mudarse a Buenos Aires o a DF para ganarse la vida, y no tener que desear una fuga de cerebros hacia Europa. Lamentablemente, ahora mismo parece que nuestro Gobierno contribuye más a consolidar los regímenes más opuestos a la consecución de ese deseo que a jugar un papel en el desarrollo de una región que, si no se cambian las cosas, pronto acabará en manos chinas.
Un abrazo fuerte.
Muchas gracias Adrian por leer mi blog y haber comentado esta entrada. Tienes toda la razón y, añadiré, acaso si "la gente", la sociedad civil tomara conciencia de la oportunidad que tenemos delante de nuestros ojos los políticos de aquí y de allá correrían para alcanzar el sueño. Abrazos
Si, es una riqueza la América hispana en todos los sentidos. Es una pena que ni nosotros ni ellos lo hayamos querido ver. Existe un cansancio y un consciente alejamiento por ambas partes. Ellos ya no nos consideran la madre patria sino la madrastra que les expolio, y nosotros parecemos avergonzados de haber civilizado a ese continente. La leyenda negra que hemos aceptado estúpidamente, y el rechazo de ellos por esa tutoria, han abortado las enormes posibilidades de esa mancomunidad posible.
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