jueves, 18 de octubre de 2007

105. ¡QUÉ DURO ES NO PODERNOS DIVORCIAR!

Es imposible vivir juntos, detestarnos y no podernos divorciar.
A uno le gusta estar en casa y a la otra pasear, a una le gusta
estar en silencio y al otro le apasiona cantar.
Una disfruta la carne y el otro solo toma alimento vegetal.
Para el vestirse de gala es una necesidad y para ella eso es despilfarrar.
Ella quiere dar limosnas y el va y pone todo el dinero a rentar.
Ella quiere estar con amigos de postín, siendo una igual y el
estar con gente más vulgar pero siendo el principal.
El siente pasión por el rojo y ella tiene en el azul su más querido color.
De cuando en cuando discutimos, a veces un poco y otras a rabiar.
Si no fuera porque para vivir hace falta el trabajo de los dos...
¡este se iba a enterar!.
Lo normal sería que uno saliese del hogar y se buscase otro lugar.
Lo malo es que solo hay una casa para habitar.
¡Que mal asunto no podernos divorciar!
¡Qué duro es tenernos que aguantar!
Para atenuar la desgracia y no tenernos que matar, en algo nos hemos
puesto de acuerdo:
Cada cuatro años decidimos, a votos, quien puede hacer lo que le venga en gana
y quien, aunque proteste mucho, se tiene que aguantar.

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