lunes, 21 de octubre de 2013

510. LAS LEYES Y LAS SENTENCIAS ESTÁN PARA SER CUMPLIDAS ¿O NO?




 El  Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha dictado hoy  una sentencia inapelable en la que ordena,   además de su   puesta en libertad, el pago de una indemnización a  una terrorista condenada a 30 años de cárcel por el asesinato de 23 personas.

Parece evidente que si el  Tribunal Europeo de Derechos Humanos dicta una sentencia  es para que se cumpla ¿Verdad?

Parece evidente que si el Tribunal Supremo español dicta una sentencia es para que se cumpla ¿Verdad?

Y, todo hay que decirlo, el Tribunal de Estrasburgo, el Tribunal Supremo y cualquier tribunal español o europeo emiten sentencias basadas en el cumplimiento o no cumplimiento de leyes españolas o europeas. Es decir, para que un  tribunal  actúe se requiere la previa existencia de una Ley.

Y, también hay que decirlo, las leyes  nunca pueden tener carácter retroactivo. Siempre que hay un Estado que intenta implantar  y aplica  en la práctica  una ley con efecto retroactivo,   aparecen personas,  físicas o jurídicas,  que recurren a los tribunales, nacionales o internacionales  y  estos,  normalmente,  emiten sentencias en contra de la conducta del  Estado y a favor de quienes han recurrido el efecto retroactivo de las leyes.

Pues bien, volviendo a la sentencia del Tribunal de Estrasburgo. En principio y salvo opinión mejor fundada en derecho,  está claro  que la etarra, en función de esa sentencia, saldrá de la  cárcel  en pocos días. Pero esto será porque el Gobierno español decide cumplir la sentencia ya que hay países europeos, Inglaterra por ejemplo, que  no siempre cumplen  las sentencias de ese tribunal y hay argumentos jurídicos para sostener esta posición.

Además, el Gobierno español puede poner en libertad a otros 150 condenados por  delitos ya  similares a los de la  terrorista ya violaciones o crímenes en serie,  o puede no ponerlos en libertad, considerando que la sentencia de hoy solo es aplicable al caso de concreto  y no a otros similares.

Evidentemente el Gobierno español hará, como siempre,  lo que políticamente le convenga ya que aunque las leyes y las sentencias son para cumplirlas,  en España, con el consentimiento del gobierno hay sentencias  del Tribunal Supremo que no se cumplen (véase el comportamiento de los políticos catalanes por ejemplo).

Por supuesto, el Gobierno actual  (y los anteriores)  exigen que se cumplan las leyes cuando políticamente les conviene (véase el cumplimiento en Cataluña o el País Vasco de  leyes y sentencias, por ejemplo) y no tiene el menor pudor de legislar  con efectos retroactivos, sabiendo que el Reino de España  puede ser condenado  por ello en  los tribunales (véase el caso de las instalaciones fotovoltaicas).

Más aún, el gobierno actual y los anteriores saben muy bien lo que piensan los españoles sobre las penas que deberían cumplir los asesinos, violadores,  grandes criminales y políticos corruptos, pero no se preocupen ustedes, no nos harán ni caso. Nuestros actuales gobernantes  y  los que les sucedan  cuando pierdan las elecciones,   mantendrán la condena máxima en 30 años, otorgarán  privilegios carcelarios, permitirán que salgan a la calle violadores y criminales peligrosos y, por supuesto no endurecerán las penas para los corruptos y si algún político en el futuro resultase  condenado por corrupción es más que probable que, como ya se  viene haciendo,  sea indultado.

Para concluir, el caso de la terrorista que el Tribunal de Estrasburgo ha puesto en la calle es una mala cosa para las gentes de bien que, en España, aspiran a que haya justicia, pero mucho peor será que el Gobierno aproveche esta ocasión para decidir  con criterios de oportunidad política  y  decida  poner en la calle  a  un buen número de  violadores y criminales en serie para que maten a más ciudadanos, mujeres sobre todo,  a los que su gobierno no quiere (¿de verdad no puede?) proteger.

Y, otra cosa, Dios no quiera que por causa de  lo que decidan nuestros políticos (decidir es elegir) no se haga realidad  el  viejo dicho que,  si mal no recuerdo,  dice: Cuando la justicia sale por la puerta la venganza entra por la ventana.

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