jueves, 10 de septiembre de 2015

697. HA NACIDO AYER, SE LLAMA OLIVIA Y ES MI NIETA

Ayer, muy cerca de la media noche, Olivia, luego de pensarlo muy despacio, se decidió a nacer.

Hoy, hace un rato,  la he visto y la he tocado, es una niña preciosa, blanquita, suave, algo sonrosada, tiene el pelo negro, apenas se mueve, está calladita y tiene los ojos cerrados, ha dejado  el  cálido  hogar  donde ha vivido desde que era nada  y  se está adaptando al  mundo en  que ha de crecer y hacerse mujer.

Olivia, mi nieta, anoche y esta mañana,  me ha llenado de alegría y, sobre todo de  ilusión y de paz.

Para mí, como para todos los padres,  los embarazos y después los  partos de mis  hijas son  un  trago  muy áspero que dura larguísimos  meses,  por ello, sobre todo al final, mi alma se acaba llenando  de todo menos de tranquilidad.  

Pero, ¡cuánta fortuna!,   Olivia, anoche cuando nació y,  al verla, esta mañana, para mí, su abuelo, ha hecho  su primer milagro de mujer: mis grandes miedos y mis  pequeños temores  han desaparecido  y  en mi alma  solo quedan pensamientos de  alegría, ilusión, esperanza y mucha paz.


Dando las gracias a Victoria, mi hija, y a Julián, mi yerno, por  ser los padres de Olivia, pido para mi nieta al Cielo, que tenga  una vida  rica, llena de ilusiones, desafíos, esfuerzo, pasión y, sobre todo, de paz y amor.

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