Palabras en la cena de Nochebuena de 2024
María Esperanza, Mario, hermanos, hijos, nietos, familia toda: hoy
celebramos, junto al nacimiento de Jesús, el Niño Dios, nuestra fiesta
familiar.
Y, porque es obligado, lo impuso nuestro padre hace muchos años, decir unas palabras para alegría y reflexión de la familia, hoy quiero comenzar dando la bienvenida a Jaime, el nuevo nieto, ya tan querido.
Por otro lado, necesito pediros a todos perdón por las muchas
preocupaciones y malos ratos que os he causado y mi enorme agradecimiento
por lo mucho que me habéis cuidado en los largos meses en que en este año he
estado enfermo.
Y, ahora no me detendré, no hace falta, en recordar los valores familiares,
la fe, la libertad, el trabajo, apoyarnos, la tolerancia, el amor y vivir la
vida siendo felices y repartiendo felicidad a los demás, los conocemos y
compartimos.
Sin embargo, aunque lo anterior es importante, hay otro tema sobre el que
creo que ha llegado el momento en que debemos reflexionar: los mayores de la
familia tenemos muchos años, la edad no perdona y, poco a poco, uno por uno,
nos reuniremos con nuestros padres, José Luis y María Esperanza,
¡ellos dieron vida a la familia!, con Cristina, José Antonio, Juan
Manuel, José Agustín, y también con María Victoria que acaba de morir, para
estar con ellos y cuidar a la familia desde el Cielo.
Por ello, quiero deciros que cuando llegue el momento en que
cada uno alcance el final de su camino, los demás hemos de aceptarlo como un
hecho natural, olvidar toda tristeza y dar gracias a Dios por lo que hemos
tenido.
Y, mientras tanto, este es el corazón de mi mensaje, los mayores debemos
gozar y apoyar sin límite el devenir de la vida de nuestros hijos y de nuestros
nietos, y los más jóvenes y los niños disfrutar de sus padres y de
sus abuelos, poco a poco vamos descubriendo cuanto y por qué los queremos y más
tarde, lo mucho que pensamos en ellos y los añoramos cuando están en el Cielo.
He terminado,
FELIZ NOCHEBUENA, FELIZ NAVIDAD
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