viernes, 20 de junio de 2025

1183. COSAS DE VIEJO: DE LA PROXIMIDAD DE LA MUERTE


El pasado miércoles, 18 de junio de 2025, murió Javier Herrero, compañero en el colegio de Areneros y amigo muy querido desde que éramos niños.

Javier, el segundo hijo  de una gran familia, era Ingeniero de Caminos, inteligente, capaz y, ante todo, un hombre siempre dispuesto a cualquier sacrificio para hacer el bien y cumplir con su deber.

La muerte de Javier, aunque esperada, ha sido para mí un fuerte golpe, un golpe de tristeza y de realismo: una vez más en los últimos meses he sentido la inevitable proximidad de la muerte.

Y, quizá por ello, en estos días, con profundo  dolor por la muerte  de Javier, junto a él, con inusitada frecuencia se reúnen en mi pensamiento  los recuerdos y la presencia de las personas, muchas, también muertas, con las que he compartido la vida.

Así, una y otra vez, sin miedo, abro la puerta  del  desván, obscuro y polvoriento, de la casa en que viví de niño, para encontrar, con vestidos entre blancos y grises,  cual fantasmas amables y sonrientes, a mi mujer, a mis padres, a mis amigos; y, dejando atrás la tristeza, me asombro y me alegro: ¡me hablan, han pasado la muerte y siguen vivos!

Y, por enésima vez, doy gracias al cielo, además de haber vivido, he llegado a viejo; y, ante  la inevitable proximidad de la muerte, me alegro, no estaré solo, volveré pronto a estar con los  muchos míos que ya  se han ido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tocayo me alegra que lo vivas así porque no es fácil , hay que cultivarlo
Un abrazo