domingo, 13 de marzo de 2011

373. NADA ES VERDAD NI ES MENTIRA; TODO ES SEGÚN EL COLOR DEL CRISTAL CON QUE SE MIRA




Esta frase la incluye   D. Ramón de Campoamor  en Las dos linternas y completa, dece:

«Y es que en el mundo traidor
nada es verdad ni es mentira;
todo es según el color
del cristal con que se mira».

Pienso que la frase de Campoamor es manifestación fiel del Relativismo, la doctrina filosófica que viene desde la Grecia Clásica y que mantiene que existen tantas verdades como personas hay en el mundo, ya que la verdad depende de los factores físicos, psicológicos o culturales que inciden en los juicios que cada persona hace de la realidad.

A partir de esta filosofía, un mismo objeto puede ser hermoso o no serlo, en función de quien lo observa; una persona puede ser, matando al mismo niño, un héroe o un asesino y una sociedad puede ser siendo la misma, pobre o muy rica.

Probablemente, en la cultura occidental el Relativismo está metido hasta lo más profundo de nuestra herencia genética y nos hemos llegado a creer que podemos decidir, legítimamente, por mayoría, si algo es bueno o malo, si es hermoso o es feo, si alguien es rico o no lo es y, hasta estamos capacitados para decidir si existe o no existe Dios.

Yo no creo demasiado en el Relativismo, estoy mucho más cerca partidario de la filosofía de Ayn Rand, el Objetivismo, que afirma que la realidad es una, independiente de lo que piensen las personas. Además, estoy convencido de que muchas personas que sin saberlo son relativistas, cambiarían de posición si dedicasen unas horas a pensar mientras leen La Rebelión de Atlas, por ello recomiendo de corazón este libro.

En mi opinión, la razón por la que nuestra sociedad de relativista se encuentra en que las mayor parte de las personas no sabe, acaso porque nunca se la han explicado, que todos los seres humanos tenemos en nuestra cabeza un buen y muchas veces eficiente cerebro reptil que nos ayuda ante el peligro inminente, un cerebro límbico que maneja nuestras emociones y nos engaña cuanto quiere y un neocórtex o cerebro racional, que nos permite conocer la realidad.

¿Podría ser que gran parte de la sociedad solo sabe usar los dos primeros cerebros y por ello no alcanza a conocer la realidad?

El cerebro reptil es muy útil ya que es el que hace que cuando nos amenazan, automáticamente ataquemos o nos escondamos; el cerebro límbico es extraordinario, es que nos hace enamorarnos; pero tenemos también el neocortex que, si lo usamos, nos permite analizar y afrontar mejor los peligro, y es el que hace que el amor sea duradero.

No estaría nada mal que nuestra sociedad, sabiendo que tenemos y usamos los tres cerebros, estuviera regida por el neocortex de quienes creen que la verdad es La Verdad y que es falacia pensar que nada es verdad ni es mentira, que todo es según el color del cristal con que se mira

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