sábado, 19 de marzo de 2011

375. ACABO EN EL LATIDO


Hace unas horas he terminado de leer Acabo en el latido, el hermosísimo libro que Ángel Méndez Bernal ha publicado en la Colección Baños del Carmen de Ediciones Vitruvio.

Ángel Méndez Bernal, acaso el más inteligente, el más brillante, el más profundo y, sin lugar a dudas el más diletante de cuantos grandes hombres he conocido en mi vida, en apenas cincuenta y un poemas se regala y nos regala en Acabo en el latido, la emoción de sentir lo mejor de su alma.


Acabo en el latido comienza con estos versos:


“Acabo en el latido.
Lo demás es invento que no llega ni a vida.
Invento, las palabras, los hechos y los días.
Supervivencia estricta: hay que guardar
Las formas y vivir de algún modo,
Con dignidad fingida.

Estoy en algún sitio, sin límites precisos.

No me pregunto nada.
Soy una oscura sombra que parece verdad
y que no es ni mentira.
¿Qué es lo que hago? Dices.
¿No lo ves? Lo de siempre. Respiro.”

Y termina diciendo:


"Le grito a la nostalgia que se vaya
Aunque suene a blasfemia,
Porque quiero ser un viejo sin rodeos
Con achaques, con esperanzas vivas,
Sin recuerdos, sin vida que contar
Porque los años se ahogan siempre
En los charcos del camino.
Te lo repito: adiós, nostalgia, adiós”
Entre el primero y el último verso de Acabo en el latido, Ángel Méndez Bernal, desnuda su alma y nos muestra la vida intensa que ha vivido este gran poeta de nuestro siglo.


La edición del libro, bonita y muy cuidada de Ediciones Vitruvio hace de Acabo en el latido, un tesoro que conservaré mientras viva.

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