martes, 16 de febrero de 2021

929. DE LA NUEVA NORMALIDAD 73

 


DECIDIDAMENTE, NO LO PUEDO ENTENDER

 

Desde que, en la noche del 14 de febrero de 2021 conocí los resultados de la elecciones al Parlamento de Cataluña, no dejan de golpearme el pensamiento tres ideas: la primera es la eficiencia con que en Cataluña (y en el resto de España) se realiza el conteo de los votos emitidos por los electores en las urnas; la segunda es la abstención del  46 % del censo electoral y la dispersión de los votos entre al menos diez grupos políticos; y la tercera, la mezcla de seny (sentido común o sana capacidad mental que produce una justa percepción de la realidad y un comportamiento sensato a la hora de actuar) y  rauxa (falta de seny, obediencia a la emoción, no ver la realidad y actuar sin medir las consecuencias de los propios actos) de los catalanes (y del resto de los españoles); y concluyo que no entiendo nada de lo que sucede en Cataluña y en España. Y, para colmo, tampoco entiendo lo que está sucediendo en Estados Unidos, en el Reino Unido ni los chispazos de locura que, de cuando en cuando, aparecen en los Países Bajos, en Dinamarca o en Francia.

 

Por ello, nacida en mí la necesidad de comprender qué está pasando y sus por qués, consciente de que he de dedicar muchas de horas a leer y reflexionar porque es tan complejo como apasionante, dejo reposar el tema y paso  a comentar otro hecho, uno más entre los infinitos de cada día, (lo leo en Los Ángeles Press  https://www.losangelespress.org/mexico-presentara-inconformidad-ante-la-onu-por-desigualdad-en-adquisicion-de-vacunas/) que siendo en mi opinión absurdo, va a ser gritado y aplaudido muy pronto por todos los “progresistas”, incluidos los nuestros, del mundo entero: Marcelo Ebrard, el Secretario de Relaciones Exteriores de México, seguro que por impulso de su presidente, el providencial AMLO, ha anunciado su próxima queja ante las Naciones Unidas  por la injusta la distribución de vacunas entre los países ricos productores de vacunas contra el virus de la pandemia,  y el resto que, porque las necesitan, tienen que comprarlas. Y, ejemplo de esa injusticia es que hasta ahora, dicen los mexicanos, Estados Unidos, China, Reino Unido, Rusia Francia, Italia, España e Israel se han quedado  la mayor parte de las vacunas del mundo y las están aplicando, no como México que, hasta ahora solo ha vacunado a 815.000 mexicanos.

México, con sus 126 millones de habitantes, un gran país con profesionales bien formados, magníficas universidades, buenas empresas y una economía, hasta la pandemia, más que digna, y una intensa relación con Estados Unidos, su vecino del Norte, afirma el Secretario Mexicano, tiene ya aseguradas 232 millones de dosis de varias vacunas pero, hasta el momento, solo ha recibido menos de 1 millón 300 mil. ¡qué gran injusticia!

 

 
Y, para mí, dolorida queja del Secretario, al igual que la exigencia del augusto AMLO cuando dedica su tiempo a pedir al Rey de España que pida perdón al pueblo mexicano por los “desmanes”  cometidos por sus abuelos, no solo me resulta imposible entender, me llena de tanto asombro  como el que me producen esos ilustres próceres que se dedican a  llorar, en lugar de ocuparse  de erradicar el narcotráfico, luchar contra la corrupción, evitar la muerte de periodistas o imitar a los chilenos (los españoles también debemos imitarlos) que, menos ricos que México (y mucho menos que España), han sabido gestionar la pandemia, tienen vacunas y todos, empezando por su presidente, a gran velocidad, ya se están vacunando.

 

 

 

 

 

 

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