sábado, 12 de abril de 2025

1140. COSAS DE VIEJO: DE PASAR DE LA SARTÉN AL FUEGO

 

Dejando por un rato. ¡no puedo más!, la dura tarea de vigilar la posible aparición de los ratones, para descansar, salgo de la sartén que es mi cocina para sentarme y pensar en el fuego que es el caos de los aranceles, recíprocos y no recíprocos, del presidente Trump, de la Unión Europea, de los chinos y hasta  de la isla de los pingüinos.

Y, con la escasa serenidad que produce estar sentado sobre el fuego, pensando resignado en que por mí mismo no puedo resolver el  gran problema, de pronto lo veo como si fuera un jeroglífico complicado o, acaso mejor, el comienzo de una novela; y, con una mezcla de temor y entusiasmo, me digo: si ya ha aparecido la primera luz, solo tengo que trabajar en las ideas fuerza, en el argumento, en los personajes, en las primeras páginas, en las historias secundarias y en el final, sobre todo en el final.

Me sobresalto, ¿habrán salido los ratones?, trabajosamente me pongo en pie, y voy a la cocina, la recorro entera con la mirada, todo parece normal y, ¡menos mal!, no se escucha el correr de los roedores. Regreso al ordenador, miro la pantalla, me espanto, ¡he perdido la idea!, tengo que volver a empezar.

Sí, el marco será el caos, pero ¿qué caos? ¿El que con y sin aranceles vivimos  en España, el de una Europa desunida, el de las pateras y los cayucos, el de los hispanos sin destino, el de los americanos o el de los chinos?

Sin tener una respuesta, se me ocurre una historia de amor; una historia de amor y, es imprescindible, desamor; de amor  verdadero, ese que es vivir un sueño, con alegría y sacrificio, intenso, quizá enfermizo, envuelto en dudas, y del todo apasionado. Sí, podría ser eso, pero ha de ser también de lucha por el poder, de ambición, acaso de corrupción y ansia de dinero; ha de tener lujuria, algo de maldad y ¿qué más? Aquí me detengo, me doy cuenta, no tengo nada, y he de volver atrás.   

Siento que el fuego  me esté quemando y, ¡menos mal!, pienso en los ratones y vuelvo a la cocina, de nuevo a vigilar.

lunes, 7 de abril de 2025

1139. COSAS DE VIEJO: DE LAS MINUCIAS


La llegada del sol de primavera se ha llevado la nube de pensamientos grises en que me habían sumido las lluvias del final del invierno y, con alegría, siento que se ha disuelto mi “noche obscura del alma” y que  las minucias de la vida han vuelto a cobrar su real e inmensa importancia.

Los viejos, que estamos alejados de ese gran bien, el trabajo, que llenó muchos años nuestro tiempo y nuestra vida, de pronto nos damos cuenta de que ahora son las pequeñas cosas, las minucias, lo que importa y ocupa la inevitable rutina de nuestro día; los grandes temas, la filosofía, la historia, la política, la economía, la guerra incluso, aunque envuelven el devenir de la vida, no son los que priman en nuestro pensamiento ni hacen feliz o infeliz el día.

Sí, me refiero a esas minucias normales, a  pensar si hace calor o frío, si hay que hacer la cama, en qué poner de comida, en la merienda para los nietos; o en  ir a la compra, beber agua, tomar las medicinas, recordar a tu mujer, hacer un solitario, cargar la batería del teléfono, leer un rato, poner derecho otra vez el mismo cuadro, llamar a los hijos o hablar con tus hermanos.

Y a las imprevistas, esas que trastornan y enriquecen la rutina, como las de estos días: que se escapa agua del lavaplatos, que es por un ratón que se ha comido un tubo, ¡ya lo he cazado!, que parece lo han arreglado; que pasados tres días, reaparece el agua; los ratones, ¡deben ser varios!,  han encontrado un lugar de su agrado; ¡mi mujer no entraría en la cocina!,  se lo cuento a mis vecinas, ¡se llenan de espanto!

En la cocina, sentado  en una silla, mientras pienso, me llegan las malas noticias que anuncia la radio: la caída de la bolsa, los aranceles, ¿será la ruina?; de nuevo escucho, o me parece que escucho, otra vez, ruiditos  bajo el lavaplatos; vuelvo a lo importante, al gran problema, ¡y decido!: llamaré al experto en roedores, lo hago; dice que vendrá pronto. Y, ya tranquilo, dejo en paz a los ratones, salgo de la cocina y me olvido.

Y ahora, mientras escribo, doy gracias y me alegra pensar que soy muy afortunado, mi día a día de viejo está lleno de minucias que, rompiendo la rutina, me recuerdan lo importante, lo normal de la vida,  y  me alegran el alma.  

jueves, 27 de marzo de 2025

1138. COSAS DE VIEJO: DIVAGACIONES


Aunque a lo largo de los años, en este blog y en los libros que he publicado se refleja bien tanto mi forma de pensar y de sentir como el conjunto de mi trayectoria vital, hay un punto de mi intimidad que, acaso por pudor, hasta ahora no me he atrevido a comentar: es la  nueva y extraña experiencia de divagar sobre el final de la vida como algo lógico y natural.

Y, quizá para analizar y asumir yo mismo lo que me está ocurriendo y porque es posible que pueda ayudar a otras personas, jóvenes o de mí misma edad, a comprender algo que, seguro, sucede a no pocos viejos, escribo estas “divagaciones”.

Así, de repente, cuando tienes años, a mí en la proximidad de los 80, sin que pase nada, ni darte cuenta, “tropiezas” con una realidad: tu cuerpo se está deteriorando, ya lo está, y no hay más.

A las enfermedades crónicas, más o menos graves, se unen en un todo nuevas y permanentes molestias: debilidad en las piernas, no poderte agachar o levantar, eso de ver poco, oír menos, tener dolores y padecer un cansancio general, todo un conjunto de males que, lo sabes, solo pueden empeorar.

Y, esto es peor, no recuerdas lo que antes sabías, te cuesta  un gran esfuerzo imaginar, no encuentras palabras para lo que quieres expresar, y vas perdiendo capacidad para pensar, sentir y soñar.

Es claro, te dices, tal como estoy no puedo durar y, enseguida, lo piensas un poco y añades, ya soy viejo, hice lo que hice, no lo puedo cambiar y, morir, ¡menos mal!, es lo normal.

Repasas una y otra vez  el pasado y ves con asombro los  desastres que resultaron cosas que “salieron bien” y  lo muy buenas que fueron las consecuencias de las que, en su momento, “salieron peor que mal”.

Amores y desamores, aciertos y desaciertos, éxitos y fracasos, hacer lo que había que hacer, trabajar y trabajar; es como si al nacer, como a un ratón de hojalata, te hubieran dado cuerda para correr, sin pensar ni parar, hasta el final.

Y te sorprendes, más si cabe, cuando piensas y divagas sobre los grandes bienes y males del pasado, desde la manzana de Eva, la traición de Judas, la muerte de César, la vida de Cortés, la ruptura del Imperio, la Paz de París, la Guerra Civil, lo bueno que fue el Rey Juan Carlos I, o los años que llevamos  en España con un enloquecido doctor y los que se anuncian que van a peor; sí, pienso en todos ellos y en muchos más, unos me alegran y otros me entristecen. Y descubro que porque  todos ellos sucedieron vivimos y somos como somos quienes ahora estamos vivos…y que todo, todo lo que yo, cada uno de nosotros, ha hecho en su vida, al final para bien de unos y mal de otros, ha sido decisivo.

Y, para terminar, me digo: ¡déjalo José Luis, déjalo!, estás muy cansado, ¡deja de divagar!, a fin de cuentas, hagas lo que hagas, aunque sea nada, inexorablemente, para bien o para mal, condicionará el futuro, ¡es el destino!, y no lo puedes evitar.

lunes, 24 de marzo de 2025

1137. COSAS DE VIEJO: DEL VICTIMISMO Y LA IMPOTENCIA

 

Hoy, aunque luce el sol, quizá porque la lluvia de las últimas semanas y las noticias de esta noche en la radio, me han afectado, me siento pesimista y no puedo evitarlo: en el mundo enloquecido que nos está regalando el presidente norteamericano la mayor parte de los países está buscando, mediante el refuerzo o la construcción de nuevas alianzas, la forma de defenderse y sobrevivir a los ataques del señor Trump. Sin embargo, las naciones hispanas, víctimas seguras del prepotente y despiadado anglo, siguen intentando  minimizar los riesgos, contemporizando como pueden, cada una por su parte, sin intención de hacerlo juntas, con el enemigo común.

Afortunadamente, en nuestras sociedades hispanas, está despertando y creciendo el interés y el deseo de conocer y reivindicar lo positivo del Imperio y avanzar hacia una nueva Hispanidad,

Y, aunque creo que eso es bueno, muy bueno, me perturba pensar que, al menos por ahora, incluso entre quienes participamos en esta idea existe todavía un profundo sentimiento de derrota que, trufado con victimismo, es un obstáculo que, si no lo superamos, hace imposible la victoria.

Sí, es verdad que los franceses, los holandeses y los anglos, sobre todo los anglos, vencieron al Imperio y lo destrozaron. También es verdad que arrasaron España y robaron tierras y otras riquezas del resto de las Españas. Y, no cabe ninguna duda, lo hicieron porque consiguieron y usaron la complicidad de muchos españoles.

Nos lamentamos por ello, y nos  lamentamos tanto que, como pidió la sultana Aixa a su hijo Boabdil el Chico, allá en 1492, desde que fuimos derrotados, no dejamos de llorar como mujeres lo que no supimos defender como hombres.

Y  llorando, llorando mucho, como amantes traicionados, vivimos solos, escondidos en rincones separados, enrabietados, impotentes y  resignados, culpando a los demás de nuestras desgracias y, al mismo tiempo, llenos de rencor, soñando venganza y haciendo nada.

Además, por si acaso, por si se nos acaban las lágrimas, de cuando en cuando, los anglos, para que no olvidemos que “estamos derrotados” nos dan otro palo, en Chile, en Argentina, en México, en cualquiera de las Españas, y ahora mismo, persiguiendo en Estados Unidos a los hispanos y golpeando nuestras economías y nuestras almas.

Y, me pregunto: ¿Qué ha de pasar para que, olvidada la impotencia, dejemos de seguir llorando, hablemos entre nosotros, obviemos nuestros rencores, nos perdonemos y, recuperado el ánimo, unidos, o al menos aliados, nos defendamos y ataquemos, con vocación de victoria, a quienes, realmente, los anglos, nos derrotaron?

jueves, 20 de marzo de 2025

1136. COSAS DE VIEJO: DE SABER LO QUE NOS UNE Y DE LO QUE NOS SEPARA


Los modos de enfocar el señor Trump las relaciones entre su país, los Estados Unidos de Norteamérica, y el resto del mundo, especialmente con Canadá, México y la Unión Europea, de alguna manera propias y similares a los que  aparecen en los procesos de divorcio entre cónyuges con largos años de convivencia, además de preocuparme por la incertidumbre que generan en la construcción del futuro, me han hecho pensar, y mucho, en la necesidad y la oportunidad que tenemos los hispanos, sobre todo los americanos, de participar unidos, como protagonistas y no como espectadores, en el diseño del nuevo mundo.

Los hispanos todos los sabemos, estuvimos unidos durante tres siglos, y ahora, dos siglos y medio después de la muerte del Imperio, aunque seguimos unidos en una cultura común, vivimos repartidos en una veintena de países, unos mayores y otros menores, que carecen, por “pequeños”, de la dimensión suficiente para defender su independencia y sus intereses en las batallas por el poder, la hegemonía y la riqueza que en estos momentos están librando los Estados Unidos de Norteamérica y la República Popular China como principales contendientes,  Europa, junto a Rusia y, acaso India, como actores secundarios y el resto del mundo como espectadores que pagan, o pagarán, gran parte de un espectáculo muy peligroso.

Sin embargo, al igual que los miembros de una familia cuando se separan, sobre todo si la separación es traumática, al romperse el Imperio, cada una de las veinte naciones hispanas,  aunque todas parten de las mismas costumbres, de los mismos valores, de la misma cultura en suma,  para adaptarse al nuevo entorno y tener éxito, han ido desarrollando su actividad  modificando sus modos de hacer y modificando aspectos de su cultura, con lo que progresivamente, van siendo diferentes de sus hermanas de la misma familia, con las que incluso “llevándose  bien”,  tienen y mantienen intereses encontrados, viejas o nuevas rencillas, agravios y desconfianzas.

Por ello, ante el desafío y la oportunidad que tenemos los hispanos en estos momentos de cambio en el mundo, y para no perdernos en la discusión sobre el pasado que, aunque es bueno conocerlo no podemos cambiar, entiendo que es imprescindible trabajar, con tenacidad y rigor, más allá de la cultura, que también, en lo que concretamente nos une y en lo que nos separa, en nuestras fortaleza y debilidades, y hacerlo en todos y cada uno de los entornos económico, sociológico, jurídico y político, que condicionan, ahora mismo, las auténticas posibilidades de éxito en el diseño y desarrollo de un proyecto común.

Y ello, es responsabilidad, no solo de los políticos de nuestras naciones, lo es también, y sobre todo, de la sociedad civil, de los ciudadanos,  que, a fin de cuentas, son quienes, con su voluntad y su trabajo, marcan el destino de las naciones.


Nota: El creciente interés, generalizado en todo el mundo hispano, por estudiar y conocer el pasado del Imperio, superar la leyenda negra y reivindicar la idea de Hispanidad, es, en mi opinión, una muy clara manifestación de la necesidad, sentida, todavía difusa y, por aparentemente imposible, no claramente formulada, de volver a la unidad que sentimos los españoles de todas las Españas.

lunes, 10 de marzo de 2025

1135. COSAS DE VIEJO: DE LA MUJER O EL MARIDO ABANDONADO


La ruptura del vínculo entre los Estados Unidos de Norteamérica y Europa, creado en los comienzos del siglo XX y mantenido hasta ahora, me recuerda muchas de las expresiones que he escuchado repetidas veces de quienes han sufrido el fin de su matrimonio, sus familias y allegados:

-       Tengo que dejarle, quiero vivir mí vida

-       Ya no es lo que era, se ha vuelto insoportable

-       Es que lo gasta todo, es insaciable

-       No lo puedo entender, después de tantos años, me ha abandonado

-       Soy idiota, le perdoné una vez y mira cómo me paga

-       Le va a dejar en la ruina

-       Él es un golfo, pero mira que ella…

-       Y, lo peor, ¡con su enemiga!

-       Es que es tan guapa la muy bruja…

-       Menos mal que no tenían hijos

-       Los hijos son mayores

-       Estaba visto, es una abusona

-       Pobre, ¿qué va a hacer ella  ahora?

-      ¡Se lo haré pagar!, no se va a ir de rositas

-      Se ha ido con él solo por dinero

-      Tienes que buscar un buen abogado e ir a por todas

-     Te lo he dicho muchas veces, es una mala persona

-     Después de todo es lo mejor, pronto encontrarás un nuevo amor.

Evidentemente, cada una de estas frases, además de constatar hechos, encierra un cúmulo de sentimientos que hace muy difícil recomponer la relación y, lo que acaso es peor, encontrar caminos para que la ruptura no cause mayores males a ninguno de los dos.

Por ello, tengo la sensación de que ella, la insaciable, quejica, la Vieja Europa, su belleza ajada y desconcertada, todavía cree que el nuevo amor por Rusia de los Estados Unidos de Norteamérica es solo una aventura pasajera y, con sus mañas de vieja sabia recuperará al marido o, a menos, si persiste en su locura, lo dejará malherido.

Simultáneamente, los Estados Unidos, una vez ha dado el paso de anunciar el divorcio, se siente joven, es libre y quiere seguir siéndolo, Europa es un lastre, le importa un pepino, ya no la quiere, y ¡ahorrando mucho dinero!, va a disfrutar el placer de  vivir junto a la  joven, exótica, fuerte, bella, inquietante y misteriosa Rusia.

Y mucho me temo que, por aquello de los sentimientos, una, Europa, con poco dinero, agraviada en desamor, y el otro, Estados Unidos, sumido en el ahorro y la pasión, van a tener un divorcio atroz.

viernes, 7 de marzo de 2025

1134. COSAS DE VIEJO: DE LA OPORTUNIDAD EN LOS TIEMPOS CONVULSOS

 

Para empezar, hemos de recordar  que, aunque el hombre, en su naturaleza, tiene insertos dos preciosos dones: uno el de imaginar en su mente y otro, el de hacer realidad lo que ha imaginado; no todos los hombres poseemos ambos dones en la misma proporción, algunos estamos más orientados al pensamiento y  otros lo estamos a la acción; y que, además, el uso y la utilidad de los dones, de las capacidades, que cada ser humano tiene viene condicionado por el entorno y las circunstancias en que está viviendo.

Por ello y quizá porque ya puedo hacer poco y solo me queda pensar, cada día que pasa veo más claro que estos tiempos de cambio, tan convulsos, están llenos de oportunidades para imaginar y  construir un futuro mucho mejor.

Y, concretamente, en lo que se refiere a mí pasión,  la Hispanidad, estoy convencido de que, aunque hasta ayer era bueno, ¡lo sigue siendo!, estudiar, comprender y difundir el pasado, es aún  mucho más importante dar un nuevo paso y luego otro más: analizar el presente primero y, enseguida, diseñar un futuro y hacerlo realidad.

En esta línea, podríamos decir qué, aunque desconocemos mucho la historia del Imperio, sabemos lo suficiente del pasado y lo suficiente, al margen de la cultura, de lo que son hoy necesidades comunes en las tierras que fueron, son todavía, las Españas; por ello pienso que sería bueno dejar de soñar y, empezando por lo obvio, usando nuestra imaginación, buscar lo que pueden ser, ahora mismo, grandes oportunidades, y convertirlas en realidad.

Y no hay que esperar a tenerlo todo estudiado, hay que aprovechar los tiempos convulsos, ¡para algunas cosas son mejores!, se puede ir paso a paso, ¡deprisa!, allá donde aparecen las oportunidades. Por ejemplo, parece claro, que, aunque existen otros dominios, la casi totalidad de los correos electrónicos que usamos los hispanos en todo el mundo son gmail, yahoo o Hotmail:  los buscadores que usamos, aunque hay otros, son Google, Bing o Yahoo, bueno también hay quien usa  Baido; y en Inteligencia Artificial, existen más, Chat GPT, Gemini, Copilot y, ¡no es frecuente todavía!, DeepSeek. Y, si los aranceles cuestan disgustos en todos los países al sur de los Estados Unidos de Norteamérica, ¿no sería bueno, en lugar de enfadarnos y hacer poco, o ponernos en manos de los chinos, impulsar y comenzar  a usar todos un buscador hispano, un correo hispano y un chat de IA también hispano?

Y, como en lo anterior, hay otros campos en los que ahora mismo existen oportunidades, solo hay que pensar…y actuar.

Nada, nada sucede por casualidad, todo es fruto de la imaginación y de la voluntad; el futuro no está escrito y, en parte, ¡mucha!, además de soñarlo, se puede hacer realidad.


Nota: copiar y luego mejorar es la mejor forma que los seres humanos hemos usado, desde que existimos, para progresar.

jueves, 6 de marzo de 2025

1133. COSAS DE VIEJO: AMIGOS DE HISPANOAMÉRICA


El pasado martes, 4 de marzo de 2025, de la mano de don Francisco Masso, ¡muchas gracias Paco!, tuve  la fortuna de participar en una reunión, impulsada por la gran señora que es doña Cristina Grueso, la segunda  del grupo de amigos, varios de ellos escritores, que han decidido contribuir, haciendo algo, al conocimiento de la realidad de lo que fue el Imperio y, sobre todo, a impulsar desde lo que fuimos y lo que ahora somos los españoles de todas las Españas,  hacia un futuro común.

Y, debo decirlo, los participantes, los temas tratados y el desarrollo de la reunión me han impresionado. No es frecuente ver reunidas tantas personas capaces y bien formadas aportando  sus  conocimientos y opiniones, no siempre coincidentes, y decididas a poner, dejando aparte diferencias, sus capacidades y su trabajo al servicio de una meta compartida y apasionante.

El grupo, aunque tiene nombre, Amigos de Hispanoamérica, todavía carece de estructura y, cuando la tenga, será, no puede ser de otra manera, muy liviana: un blog, una página Web, y alguna coordinación.

Las actividades previstas inicialmente, además de las necesarias para la operatividad del grupo, estarán dedicadas principalmente al análisis y difusión de los procesos de evangelización y el papel de la mujer en las Españas durante la vida del Imperio

Los miembros del grupo, en pocas semanas, ya superan los treinta y, se esperan próximas incorporaciones, especialmente de amigos americanos.

Y, finalmente, para terminar esta entrada, porque nada sucede por casualidad, todo es consecuencia del impulso, consciente o no, de personas que lo hacen nacer, y porque  los tiempos de cambio que estamos viviendo en el mundo suponen una inmensa oportunidad para construir un futuro mejor para nuestros hijos y nuestros nietos, quiero expresar mi profundísimo agradecimiento a los impulsores de Amigos de Hispanoamérica y mi alegría al poder participar, pese a mi edad y mala salud,  en el desarrollo de este precioso proyecto.

 

 

Nota: para quienes tengan interés o, al menos, simple curiosidad sobre temas relacionados con aspectos básicos, muchos olvidados, de lo que fue el Imperio, incluyo a continuación la referencia de algunos libros de indudable valor y calidad.

  • Imperiofobia y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español. Elvira Roca Barea. Editorial Siruela. 2024
  • Hernán Cortés: Encuentro y conquista. Juan Miguel Zunzunegui. Editorial Grijalbo. 2020
  • La disputa del pasado: España, México y la leyenda negra, Emilio Lamo de Espinosa. Editorial Turner. 2021
  • Madre patria: Desmontando la leyenda negra desde Bartolomé de las Casas hasta el separatismo catalán. Marcelo Gullo Omodeo. Editorial Espasa.2021. 
  • Eso no estaba en mi libro de Historia del Imperio español. Pedro F. Barbadillo  Editorial Almuzara. 2020


martes, 4 de marzo de 2025

1132. COSAS DE VIEJO: DE LA CONTINUIDAD DE LA VIDA


Voy a tener otra nieta, es un inmenso regalo del Cielo y estoy lleno de alegría. La niña, es una niña, todavía no tiene nombre, es pequeñita  y preciosa, ya la siento en mi alma y  sueño para ella lo mejor de la vida.

Pero, ¡qué cosas!, enseguida, cada día, todos los días, ¡cuando tienes lo mejor, el miedo, como el lobo de Caperucita, viene a enseñarte  la patita!: ¿no pasará nada?, ¿crecerá bien la niña?, ¿estará bien mi hijita?

Sí, me digo, la continuidad de la vida, porque es  lo  mejor del mundo, está llena de peligros. Para no morir en las angustias, tengo que cerrar la mente y pensar solo en el bien que es ¡inmenso milagro!, la  continuidad de la vida.

Y sueño, sé que la niña, mi nieta, en el vientre de su madre, me siente, sonríe y, sin hablar, me habla, sabe que su vida comienza y la mía se acaba, pero, me dice: abuelo, yo también te quiero.  Y lo sé, cuando ella sea mayor y del abuelo y sus angustias recuerde nada, porque en el amor no cuenta la distancia, ni nieta llevará en la suya un trocito de mi alma.

jueves, 27 de febrero de 2025

1131. COSAS DE VIEJO: DEL HONOR Y EL AGRADECIMIENTO

 

Siempre he pensado que el honor, esa cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo, es uno de los grandes bienes que conforman y caracterizan la esencia del ser hispano.

Por ello, cuando al contemplar las obras y escuchar las palabras de algunos de nuestros dirigentes veo con claridad que, para ellos, el honor se ha convertido en una entelequia,  siento primero un profundo dolor y, más tarde, luego de pensarlo, asumo su falta de integridad un regalo de la Providencia para nuestra sociedad: los grandes bienes, los tesoros del alma, pierden valor en la rutina, son más apreciados cuando están en peligro y crecen cuando son atacados.

Y, porque el agradecimiento, la gratitud, es una de  las facetas del honor, ¡es de bien nacidos ser agradecidos!, en estos días siento también en el alma otra muy dura desazón: la indiferencia, más allá de mansas palabras, de nuestros gobernantes, de los políticos de todos los colores, de los medios de comunicación y de gran parte de la sociedad española ante la tragedia que es la orden de expulsión de los Estados Unidos de Norteamérica de  una multitud de hispanoamericanos.

Hasta ahora, y desde que comenzó esta gran desgracia, salvo a Joaquín, uno de mis hermanos, no he escuchado a nadie decir que en España deberíamos estar ya recibiendo a miles, a cientos de miles, a los que haga falta quizá, de hermanos de los países que, durante siglos, cuando lo hemos necesitado, han acogido a millones de españoles.

Y, porque creo que lo que está sucediendo es incumplir nuestra obligación de españoles, con estas palabras, imploro y exijo a quienes nos dirigen que, con hechos, hagan frente a la tragedia de nuestros hermanos hispanos con agradecimiento y honor.

 

Nota: Ni el gobierno, ni ningún partido político español, hasta ahora, han impulsado un plan urgente, coordinado, si se puede, con otros países americanos y europeos, para dar solución a la tragedia de los millones de hispanos que, si Dios no lo remedia, van a ser expulsados de los Estados Unidos de Norteamérica.

domingo, 23 de febrero de 2025

1130. COSAS DE VIEJO: DE MIS MUCHAS INSEGURIDADES

 

Cada día que pasa, porque mi cuerpo está cansado y mi alma desgastada, puedo hacer menos y pensar más y, esto es lo peor, estoy casi saturado por mis muchas inseguridades.

Cuándo era joven estaba lleno de seguridad, estaba en lo cierto y mis creencias, aunque solo fueran mías, eran la verdad. Además, en mi pensamiento, atribuía cualquier discrepancia, sobre todo, a la ignorancia y, luego, mezclada con ella el resentimiento o a la mala fe.

La Iglesia, no importaba la historia, era Santa; el Credo era dogma, Lutero un bandido y los papas, incluidos los malos, sucesores de Pedro; la familia, pasase lo que pasase, era sagrada, el divorcio impensable y  el amor conyugal real hasta la muerte; la política era para los políticos; el comunismo algo de Satanás; el estudio y el trabajo bien hecho un deber fuera de toda duda; y yo, como todos los míos, obligado a mandar y conservar siempre el honor.

Y, los judíos eran usureros, habían matado a Dios y, como pueblo, tenían lo que merecían; eso sí, al final de los tiempos se convertirían; los españoles, ¡los mejores!, habíamos conquistado y evangelizado América; los ingleses, ¡Enrique VIII!, los enemigos; los franceses, ¡oh los franceses!, ¡cobardes ellos!, los alemanes estupendos; los moros traicioneros; los gitanos un horror; los rusos comunistas y, con sus amigos socialistas, peor que malos;  las suecas guapísimas; los americanos del norte, como niños  pero, traicioneros, ricos y bien armados nos robaron Cuba y Filipinas; y  los chinos, estaban lejísimos, desconocidos.

Pero, luego,  en el camino de la vida, poco a poco, sin darme cuenta, fui descubriendo que la Iglesia era menos santa, Cristo era judío y el Credo solo un credo; Lutero tenía bastante razón; la familia da disgustos, puede ser un desastre y el divorcio una solución; América la hicieron los americanos; hay protestantes, y católicos, buenos y malos; el comunismo es una religión y tanto fanáticos como buenas gentes las hay en todas partes; los judíos con  sus cosas, son dignos de admiración; y las suecas son mujeres suecas.

Y, ahora, en la vejez, ¡qué cosas! todo lo anterior, lo que creía de joven y lo que descubrí ya mayor, se ha mezclado en mi cabeza en un inmenso cúmulo de inseguridades; al pensarlo, me doy cuenta de que en el bien y en el mal, todo fluye, ¡Heráclito sigue vivo!, existen tantos matices que no puedo estar seguro, ¡lo intento!, de nada de todo lo anterior.

viernes, 21 de febrero de 2025

1129. COSAS DE VIEJO: DE CAERNOS DEL GUINDO


En estos días, ante el desconcierto que han causado en los europeos, en los españoles y, también, aunque algo menos, en los hispanos de América, las palabras y, más aún, las acciones del señor Trump, el actual presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, he dado profundas gracias a Dios o al destino, por haberme regalado la inmensa fortuna de sentir, pensar y vivir en español, esta lengua maravillosa que a lo largo de los siglos ha sabido incorporar, en expresiones claras,  las muy diversas experiencias vitales de los millones de personas que la hemos tenido o la tenemos como nuestra.

Y sí, en español, con una sola frase podemos explicar lo que nos ha pasado, lo que nos está pasando: nos hemos caído del guindo.

Hasta hace unos días, y desde hace bastantes años, la mayor parte de los europeos, los españoles de España y menos los de las otras Españas, creíamos que los norteamericanos eran nuestros amigos, sus amigos nuestros amigos y sus enemigos nuestros enemigos. Vamos, que eran casi nuestros hermanos; ¡tontos de nosotros!, sin darnos cuenta, nos habían subido al guindo.

En la segunda mitad del Siglo XX, a base de buenas palabras y algunos caramelos, los anglos, ¡los norteamericanos son anglos!, nos hicieron olvidar su tradicional latrocinio, por ejemplo, todavía, ¡han pasado 250 años!, no han pagado a los mexicanos los más de 1650 millones de dólares en pesos de plata que, por orden de Carlos III, salieron de las arcas de Nueva España para financiar su independencia; arrebataron a México todo el norte de su territorio y a Colombia lo que es hoy Panamá; mataron, quitaron sus tierras y encerraron en reservas  a los apaches, y a todos los indios que por siglos antes  fueron hispanos, hundieron barcos españoles y quitaron Cuba, Puerto Rico, Filipinas y las islas del Pacífico a España; corrompieron, derribaron gobiernos, cultivaron dictadores y saquearon minas y haciendas en toda América,  y lo hicieron afirmando que  América era para ellos, para los únicos americanos.

Y, ahora, cuando, llevamos casi un siglo subidos al guindo, de repente, encabezados por su presidente, se preparan para hacernos, ya lo están haciendo, lo que siempre nos han hecho, nos encontramos en el suelo, sorprendidos, magullados y doloridos, pero al menos, ¡espero!, aprendidos y, agradecidos porque, al fin, luego de muchos años, nos hemos caído del guindo.

martes, 18 de febrero de 2025

1128. COSAS DE VIEJO: DE MIS CAMBIOS DE OPINIÓN


Para empezar: mi buen amigo, Santiago, persona capaz, mente clara, ingeniero, y siempre coherente en sus planteamientos, me reprocha, con buenas palabras, mis cambios de opinión; y  otro buen amigo, Fernando, también ingeniero y capaz, con ideas firmes, muy racional, del todo controlador, me atribuye, una desmedida afición a meterme en charcos en cuanto los hay.

Y bueno, como yo también soy capaz, racional y muy coherente, cuando escucho a Santiago o a Fernando, me digo: estos hombres, aunque son muy listos, están equivocados, ¡no lo ven!, yo no piso charcos ni cambio de opinión salvo que exista una buena y justificada razón.

Sin embargo, para enturbiar mi pensamiento, de pronto recuerdo, lo que aprendí de Haidt en La mente de los justos: conocemos a través de la intuición, de la emoción, y luego, solo luego, “adornamos” lo conocido usando la razón.

Así que, si eso es verdad, ¡que lo es!,  Santiago y Fernando, también yo, personas capaces y racionales, lo creamos o no, vivimos bajo un gran paraguas con varillas de emoción y tela de colores pintados con razón. 

Y, ahora la explicación: mi mente, la de todos, está llena de emociones, unas apenas sentidas, otras intensas, a veces entre ellas encontradas, y todas adornadas de razón, por ello, cuando las emociones son fuertes, sin darme cuenta, ¡y razonando!, me meto en charcos y cambio de opinión. Sí, es verdad, mis amigos Santiago y Fernando tienen razón.

Y, ¡menos mal!, me digo, en estos tiempos que corren, aún de espectador, a mis años, con el alma desgastada, todavía  entra en ella, ¡cuánta fortuna!, la emoción, piso charcos y, ¡gracias a Dios!,  cambio de opinión.

Lo pienso de nuevo y me alegra el alma: ser viejo no quita la emoción.

Nota: lo que ahora mismo están haciendo los presidentes Trump y Putin, anglos y rusos, ante la mirada, inquieta quizá, de los chinos, atónita de los europeos, e impotente de los hispanos, están generando en mí tal cúmulo de emociones, muchas de ellas encontradas, que me impiden conocer la auténtica realidad, que ¡seguro!, es peor de lo que hoy puedo imaginar.


lunes, 10 de febrero de 2025

1127. COSAS DE VIEJO: DEL MUNDO EN EL SIGLO XV


Esta mañana, sin despertarme del todo, escuchando las noticias en la radio, quizá porque estoy bastante sordo, de pronto me he sentido en el centro de una  gran olla de grillos, abrumado por el ruido y sin entender nada.

Qué Trump, que los aranceles, que el Canal de Panamá, que Bruselas, que los Patriot, que la señora mexicana, que el doctor Sánchez, que su hermano, que los chinos, que los rusos, que los judíos, que el precio de las casas, que los jueces, que unos piratas, que Gaza, que el Papa, qué la Meloni, qué, qué qué…

Sí, me he sentido impotente, tapándome los oídos, tratando de tranquilizarme y poder pensar. Luego, acaso por memoria genética o, quizá, es posible, por leído, me he sentido transportado a otro inmenso gallinero, al que vivieron nuestros abuelos hacia el año 1470.

Que el Imperio Otomano, Polonia,  Suecia, los aztecas y  el Imperio Inca estaban, como el Imperio Mali, Gran Zimbaue y el Reino de Benín   en apogeo y expansión; el Imperio Timúrida trataba de contener su declive; en la próspera China se comenzaban a extender posiciones proteccionistas para frenar el, hasta entonces, intenso comercio con el exterior; ¡ah, el Renacimiento!; en Japón la política estaba marcada por la lucha entre los señores feudales; en India había de todo, desde prosperidad en Karnataka, Telengana, o Gujarat, hasta todo tipo de conflictos en  Rajput; Venecia era una gran potencia, Inglaterra padecía la Guerra de las Dos Rosas; el Papa hacía de las suyas; por supuesto, en todas partes la gente del campo pasaba las de Caín; los gremios hacían política; había piratas en todos los mares ; los  judíos, ricos y pobres, eran perseguidos por doquier; y. en Castilla, en sempiterna  guerra civil, doña Isabel pretendiente al trono, llevaba un año casada con su casi primo don Fernando de Aragón

Y, me dirán, ¿por qué sacas ahora lo que pasaba en el mundo hace 500 años?

Pues mira, porque, luego de taparme los oídos para escapar a la olla de grillos, y pensar un poco, me he dado cuenta de que en el inmenso gallinero que era aquel mundo, ¡en profundo cambio!, estaba emergiendo, ¿era del destino?, no en la poderosa China, ni en el  gran Imperio Otomano, el Reino de Benín o el Incario, y sí en la turbulenta Castilla, una pareja, ¡tanto monta, monta tanto!, dos personas extraordinarias, Isabel y Fernando que cambiaron el mundo.

Y, para tranquilizarme, en la olla de grillos que es hoy nuestro mundo, ¡en profundo cambio!, hay, oculto todavía, un ganador; pero es  imposible saber dónde está y quien es;  por ello, he llegado a la conclusión de que es mejor estar tranquilo, esperar y ver, no vale la pena tratar de entender, y menos aún  apostar por algo nadie puede acertar. 

Nota: en la redacción de esta entrada he usado Copilot, el chat de IA


viernes, 7 de febrero de 2025

1126. COSAS DE VIEJO: CREEMOS QUE NOS CONFUNDEN. POR UNA VEZ ACIERTAN Y DICEN LA VERDAD.


Hoy, además de herido, ¡seré tonto!, me he vuelto a enfurruñar.

Junto a las tristes noticias sobre las deportaciones masivas de hispanos ilegales, he leído en varios medios quejas y hasta "muy justificada" rabia, sobre el hecho, parece cierto, de que los norteamericanos  nos confunden, a nosotros, a los muy dignos españoles europeos, ¡a los españoles de España!, con esa multitud de desgraciados, los “latinos”, ¡raza inferior!, no sabemos decir hispanos, de América Latina, ¡no sabemos decir Hispanoamérica!

Y, me he enfurruñado porque, ¡por una vez!, aunque sea para ofendernos, tienen razón, somos iguales, somos los mismos, y nosotros somos tan tontos que, en lugar de enorgullecernos, lo discutimos y nos enfadamos.

Nos enfadamos al igual que se enfadan, y mucho, los “avanzados” mexicanos  si los confunden con los “retrasados” guatemaltecos; o los “civilizados” argentinos si los toman por “incultos” bolivianos; o los “muy europeos” catalanes si alguien dice, ¡o piensa!, que son murcianos; o los “guapos” de cualquier parte  si alguien no los distingue, en cualquier cosa, de los “feos” de sus vecinos.

Y, me he sentido, me siento herido, porque los hispanos “ilegales”, en su inmensa mayoría nunca delincuentes, los deportados y los que temen, escondidos y aterrados, su posible deportación, somos nosotros. Somos iguales, como iguales son los mexicanos, los guatemaltecos, los argentinos, los bolivianos, los catalanes, los murcianos y todos, todos los hispanos.

Y, lo único, lo único que nos puede salvar del peor de los futuros, a manos de esos que “nos confunden”, es la unidad, la unidad ahora en la tristeza, en el pesar, y mañana en luchar.

lunes, 3 de febrero de 2025

1125. COSAS DE VIEJO: 81 AÑOS, ¡QUÉ BARBARIDAD!

 

 Dicen que los 80 de ahora son como los 70, ¡o menos!, de hace unos años.

Y, aunque puede que sea cierto, la verdad es que no me sirve de consuelo: ahora los 80, como antes a los 70, ¡lo sabes!, eres viejo.

Mañana, 4 de febrero, tendré 81 años completos, ¡qué barbaridad!,  y, porque he llegado a viejo, a mayor corrige mí amigo Gaspar, no sé si alegrarme mucho o ponerme o llorar.

Pero, antes de hacerlo, por si acaso, me he preguntado qué es ser viejo. Y, un poco por pereza y otro por curiosidad, he recurrido a la nueva enciclopedia, a la Inteligencia Artificial; he preguntado a Copilot, el chat de Microsoft, y, ¡ya no me asombra!, me ha contestado:

“Las características de la vejez pueden variar de una persona a otra, pero hay varios aspectos comunes. Aquí tienes algunos:

1.  Cambios físicos: Se produce una disminución de la masa muscular y la fuerza, el metabolismo se ralentiza, y es común la aparición de arrugas y canas. Además, pueden surgir problemas de movilidad y equilibrio.

2.  Cambios sensoriales: La visión y la audición suelen deteriorarse, lo que puede dificultar actividades cotidianas como leer o escuchar conversaciones.

3. Cambios cognitivos: Aunque el envejecimiento no siempre implica un declive cognitivo significativo, algunas personas pueden experimentar problemas de memoria y dificultad para concentrarse. Sin embargo, muchos ancianos mantienen un alto nivel de inteligencia y sabiduría.

4.  Salud mental y emocional: La vejez puede traer consigo un mayor riesgo de depresión y ansiedad debido a factores como la pérdida de seres queridos, problemas de salud y cambios en el estilo de vida. No obstante, también puede ser una etapa de gran satisfacción personal y realización.

5.    Cambios sociales: Las relaciones sociales pueden cambiar, ya que algunos amigos y familiares pueden fallecer o mudarse. Es importante mantener una red de apoyo social para combatir la soledad y el aislamiento.

6.  Adaptaciones y aceptación: A medida que envejecemos, a menudo necesitamos adaptarnos a nuevas circunstancias y limitaciones. La capacidad para aceptar y adaptarse a estos cambios puede influir significativamente en la calidad de vida.

En conjunto, la vejez es una etapa de la vida que puede estar llena de desafíos y oportunidades”.

Pues bien, luego de leer y pensar un poco lo que dice la máquina, ¡es una máquina!, he quedado del todo epatado: ¡cuánto optimismo, cuánto sabe!, y ¡qué joven es la máquina!; y luego, he vuelto a pensar.

Sí, pero, aunque todo lo anterior es verdad, el saber popular, ¡también es saber!, asegura que la vida es “un valle de lágrimas”, y los viejos sabemos que eso es muy cierto; cosas buenas, ¡hay muchas, y no te enteras!, que antes o después, se acaban, y luego siempre llegan, ¡cuántas, y cómo duelen!, las malas. Pero, ¡también es verdad!, después de las malas vuelven las buenas.

Sí, mañana cumplo 81 años, ¡qué barbaridad!, el 80 ha sido áspero, y ahora veo peor, oigo peor, olvido más, han muerto amigos queridos y en casi todo estoy peor; pero, me digo, aún veo, algo oigo, tengo recuerdos, me quedan amigos, tengo hermanos, hijos y nietos. 

Y termino, al celebrar mi 81 cumpleaños, luego de preguntar a la máquina y pensarlo mucho, he llegado a la conclusión de que debo dar a Dios gracias por la vida, alegrarme mucho  y, de ninguna manera, ponerme  o a llorar.