viernes, 20 de marzo de 2020

820. PREOCUPACIÓN…(CORONAVIRUS 6)


Enmascarado, con guantes y bastante  susto, esta mañana he estado en  Puerta de Hierro, el gran hospital universitario de Majadahonda.

A las ocho y poco de la mañana, apenas  gente en la calle, sin tráfico en el camino, conduciendo despacio he recorrido los cinco kilómetro escasos que separan mi casa del hospital.

Qué ¿por qué he ido al hospital? ¿Qué cómo se me ha ocurrido hacer tamaña locura?
Es sencillo, tenía cita a las 8:50 de la mañana de hoy para que me tomasen las muestras  para los análisis que requiere el control de “mis goteras”. Como es lógico, hace algunos días, pensando que la cita estaba suprimida o, al menos, postergada, envié un correo electrónico a la dirección que el hospital  tiene habilitada para el contacto con los pacientes (los teléfonos, es natural y en nada me extrañó, estaban saturados) y, cual sería mi sorpresa, ayer miércoles, día de San José recibí, a media mañana, con un buen susto, la respuesta: “la cita sigue activa…”

Claro, me dije, el control de las goteras…estas goteras mías, lo que no va en lágrimas, va en suspiros, y haciendo de tripas corazón, durante lo que quedaba de mañana y toda la tarde,  me preparé para hacer frente al desafío que era para mí visitar el hospital en estos días.

Pues bien, todo llega y todo pasa, a las 8:25 tenía el coche muy bien aparcado junto a la puerta principal, la que tiene las banderas, a las 8:26 salía del coche como me había ordenado mi hija pequeña, con  la mascarilla y los guantes de látex, el papel de la cita y el teléfono en la mano. En el gran vestíbulo de la zona  de extracciones cuatro gatos, en tres minutos hice los trámites, resultó ser evidente que tenía cita, que sí me esperaban en el hospital esta mañana  y, sin tiempo para sentarme, a las 8:30 estaba en manos de una  enfermera valiente, muy eficiente y ciertamente encantadora,  que hizo lo que tenía  que hacer y, sin más, agradecido,  a las 8:45,  estaba sentado en el coche y enseguida, algo relajado tomé el camino de regreso a casa.

La mascarilla a la basura, la ropa a lavar en un programa largo y caliente, una ducha larga con mucho gel… todo llega y todo pasa.


Nota:

Esta entrada que relata una anécdota  personal sin importancia y en nada relevante,  es mi reconocimiento expreso al buen hacer del equipo humano del Hospital Universitario  Puerta de Hierro de Majadahonda.

Ciertamente estoy muy impresionado porque lo que me ha ocurrido esta mañana es una clarísima muestra de lo bien que en Puerta de Hierro cuidan a sus pacientes, incluso estando en  situaciones tan difíciles como las que ahora vivimos.  


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