jueves, 2 de abril de 2020

829. PREOCUPACIÓN…(CORONAVIRUS 16)



Porque nos lo enseñaron en el colegio, todos sabemos que en los momentos más difíciles, en las situaciones más peligrosos, es cuando aparecen los héroes más admirables, los más grandes líderes,  los emprendedores más osados y los  muchos mártires que, enseguida enterrados, caen muy pronto en el olvido.

Todos sabemos, porque lo hemos gozado o sufrido en la vida, que es en los momentos difíciles cuando mejor se mide la capacidad, la fuerza, y  el valor de las personas y cómo, en esos momentos, casi por azar, se decanta la situación hacia el éxito o hacia el fracaso.

Todos sabemos, porque con los años lo hemos aprendido, que en las situaciones difíciles, casi siempre  es el azar quien distribuye los papeles que, en principio, solo en principio, cada uno “tiene” que jugar, pero que, enseguida, algo interviene para cambiar el  reparto  inicial, es eso que  tienen las personas y se llama  iniciativa, valor y   voluntad.

Y, a los ojos de este viejo que ya, porque lo ha perdido, no tiene oficio, la evolución de la gran pandemia  ha desplegado, como en un gran  teatro, una gran obra  que,  por ser del todo humana tiene su parte, mucha,  de tragedia,  otra parte  de pura farsa y, sin duda, no poco de comedia y en la  que los personajes despliegan  los papeles que tienen asignados con mayor o menor fortuna.

Así, en el teatro los protagonistas, mienten  sin el menor pudor, los actores de reparto, salvo algunos que tratan de eclipsar a los mayores, en su rutina se conforman, y los figurantes se esfuerzan lo que quieren y pueden, apenas cobran y si mueren, mueren,  que tampoco importa y ¿el público?, los espectadores  independientemente de lo que digan los críticos, si les gusta lo que ven aplauden, si no les gusta, primero se callan, más tarde, protestando patean y, al final, tras tirar  huevos  a los actores, se salen.

Ahora ¿vamos a poner nombres? Aunque no es necesario, escribiré algunos: en el mundo los señores   Xi  Jinping, productor y protagonista; Trump, el competidor necesario; AMLO, uno del reparto que, como tantos,  se cree protagonista. En España, el  Doctor Sánchez que no se sabe su papel, el marido de la señora ministro, que si  sabe qué hacer; los políticos de la oposición que, aunque se resisten y son  reparto, intentan destacar; los periodistas, unos que informan y otros que quieren, como sea, medrar. Y ¿la gente?, la gente, pues sí, en su mayoría estar encerrada, a sufrir  y a callar, salvo  algunos que ¡van a morir! y unos pocos que, cuando todo pase,  nos dirán como lo han hecho, dedicados a  aprovechar las oportunidades y a triunfar.

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