martes, 12 de febrero de 2008

135. DENTRO DE LO CASI MACABRO, MUY BIEN

En las últimas semanas he tenido que acompañar a familiares próximos hasta su último lugar de descanso y, como a veces sucede, cuando visitas un lugar recuerdas otras veces que has estado en el mismo o en sitios similares, en este caso, cementerios.

Y hoy, dentro de lo casi macabro, estoy contento porque tengo algo muy positivo que contar.

En el cementerio de Majadahonda, España, trabajan los enterradores más eficientes y profesionales que he visto en decenas de visitas a cementerios de cuatro continentes.

Son los mejores, los más eficientes, los más cuidadosos, los más atentos, los mejor vestidos y los más profesionales de cuantos he visto trabajar, en necrópolis, nuevas y viejas de diversos paises y religiones.

Nada de movimientos cansinos, nada de actitudes aburridas, nada de movimientos innecesarios, nada de gestos de impaciencia, nada de prisas. Ninguna indiferencia ante el muerto, respeto profundo al dolor de los deudos y cuidado, lleno de respeto, con las tumbas vecinas.
En resumen, auténtica profesionalidad, una magnífica atención al cliente y una excelente calidad de servicio.

Es evidente que un buen trabajo se reconoce y aprecia en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, por ello, la profesionalidad de los sepultureros de Majadahonda merece hoy la expresión de mi aprecio y el agradecimiento que, sin decirlo expresamente, estoy seguro, mucha gente siente hacia ellos.

Estoy seguro, además, de que la profesionalidad de los sepultureros es, en parte, manifestación de la capacidad de gestión de los responsables del Cementerio. A ellos pues, también mi agradecimiento y felicitación.



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