miércoles, 13 de febrero de 2008

136. PROSPECTIVA

Desde los años 60 del siglo XX , con mayor o menor frecuencia, busco, encuentro y leo con mayor detalle estudios de prospectiva.

La Prospectiva se enmarca en el principio de que, más allá del hoy, nada está escrito y que es posible y esta ciencia lo hace, diseñar escenarios alternativos del futuro y elegir los caminos que pueden hacer realidad los escenarios que nos sean preferidos.

Me asombra la cantidad de fe que derrocha, la mía también, el alma humana en el ansia de conocer “el destino”, y creer luego en otro nuevo cuando el anterior queda perdido con las ilusiones del ayer.

Creo, por otra parte, que si muchos de los buenos especialistas en prospectiva que conozco o a los que he leído, tuvieran que acertar en sus predicciones en la misma proporción que lo hacen los buenos videntes, con el futuro de la salud, el amor o el dinero de sus clientes, cuando ven el mañana en las manos, en tazas de café, en las hojas de coca o en la posición de las estrellas, aún usando, además de sus poderosos ordenadores, las herramientas mágicas de los augures serios, es casi seguro que podrían comer solo algunos días y cenar algunos menos.

Pero, ¿Por qué escribo esto?. La razón es sencilla.

Veo en todas partes, en la corteza de los árboles, en las grietas de las rocas, en el movimiento de las nubes, en pensamiento de los hombres, en los datos que aporta la red y hasta en las páginas de los periódicos, vientos de cambio, de enormes, acaso desconcertantes y sin duda alguna, poco previsibles cambios.

Me gustaría mucho tener un, aunque no fuera demasiado bueno, pequeño mapa, para orientarme mejor y perderme menos veces , mientras hago el camino. Por eso, sigo leyendo prospectiva, pensando en posibles mañanas y, de cuando en cuando, preguntando a mis amigos, que son a veces, buenos adivinos.

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