jueves, 6 de septiembre de 2007

86. UN PERRO LABRADOR VA DE VIAJE A LA SELVA

Mi buen amigo Juan Urrutia me envió hace unos años un cuento cortito que algo ajustado sobre el original, repito a veces, al final de algún seminario sobre creatividad.

Por favor, disfruten tanto la historia como yo lo hago cuando la cuento.

Un matrimonio se va de viaje al África profunda y se lleva a su pacífico y tranquilo perro labrador para no dejarle solo, descuidado e indefenso en Europa.

Durante la primera noche en el hotel de la selva, en cuanto sus amos se van a cenar, el perro salta por la ventana y se marcha a dar un paseo y explorar un lugar nuevo lleno de ruidos extraordinarios y olores maravillosos.

Apenas han pasado cinco minutos, cuando el perro ve que se acerca una pantera a toda carrera.

Aunque solo sabe de panteras lo que ha medio visto en televisión, se da cuenta inmediatamente que el enorme bicho viene con malas intenciones y piensa que tiene un problema que debe resolver mejor pronto que tarde.

Mirando alrededor, ve unos huesos, bastante secos por otra parte, de un animal muerto y empieza a olfatearlos y moverlos con las patas. .

Cuando la pantera está lo suficientemente cerca para oírle, el perro dice a gritos: “¡Qué estupenda pantera me acabo de terminar!”

La pantera al escucharle frena en seco, se da la vuelta y escapa horrorizada: "¡Que animal más extraño, debe ser de ciudad, seguro que es peor que peligroso,"

Un mono que estaba subido en un árbol cercano y que había vistoy oído la escena, sale corriendo tras la pantera para decirle cómo la había engañado un simple perro de ciudad.

“Eres peor que idiota pantera, los huesos eran viejos, y ese animal es un perro labrador, es un perro de ciudad y estoy seguro de que solo sabe comer pienso “

¡Será asqueroso el mono!, se dijo el labrador, que escucho de lejos la conversación mientras trataba de reponerse del susto.

La pantera, arrepentida, le dice al mono : ¨¡Sube a mi lomo , vamos a buscar al perro y te invito a comer! “

El labrador ve que vienen, que no se puede escapar y se dice, “¡A pensar!”


Se sienta muy recto, de espaldas al camino de la pantera, como si no los hubiese visto, y cuando la pantera está a punto de saltar para cazarle, el labrador dice no demasiado alto: ¨¡Éste mono es un inútil, hace más de un cuarto de hora que lo mandé a por otra pantera para comerme y todavía no me la ha traído!”

Evidentemente el perro labrador, antes de que la pantera se repusiera del susto, ya estaba debajo de la cama de sus amos prometiéndose ser, dentro de lo posible, algo más prudente en el futuro.


MORALEJA:

En momentos de crisis, la imaginación y la sangre fría son tan importantes o más que el conocimiento.

Procuren ustedes, en las situaciones difíciles, ser imaginativos como el perro, eviten ser estúpidos como la pantera y nunca sean aprovechados como el mono.

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