lunes, 24 de septiembre de 2007

96. SERVIR A DOS SEÑORES

Durante muchos años, quizá desde siempre, ha sido un axioma la expresión “no es posible servir a Dios y al Diablo”, o en términos menos trascendentes pero más próximos, “no se puede servir a dos señores”.

La idea profunda que late detrás de esta frase es que no se puede servir a dos señores porque hay que hacerlo absoluta y ciegamente a uno.

Creo que es terrible que los hombres y las mujeres hayan tenido durante siglos y tengan aún ahora en su herencia cultural este arraigado constructo que obliga a asumir como natural la falta de libertad porque esta establecido que, antes o después todos y cada uno han de dar cuentas a quien es, por cualesquiera circunstancias, el señor natural.

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