jueves, 24 de mayo de 2007

60. SADUCEOS

Entre nuestros padres judíos, que no eran millones, en tiempos de Jesucristo, entre los cultos sacerdotes y la pragmática élite social, saduceos eran los mas y muchos menos los incultos radicales fariseos, aferrados siempre al terror de pecar.

A lo largo de la historia hemos hecho Europa con la amalgama del creer doctrinario y normativo de los fariseos y el Derecho de Roma. Eso es parte de nuestra grandeza común y del temor vivido, durante siglos por no pocas conciencias.

Si no hubiera infierno, si el más allá estuviera vacío, si el hombre fuera libre, aunque hubiera Dios, hay quien cree y lo dice, la religión no tendría sentido alguno. Solo el más allá justifica, medio matar la propia vida, la fe y, acaso, la bondad.

Pues no. Si los primeros cristianos en lugar de incultos pescadores hubieran sido cultos sacerdotes, y hubieran cumplido el mandamiento del amor, acaso ahora seríamos honestos saduceos, creyentes sí, con religión sí, pero teniendo claro que la vida está aquí, y que vivir es, sobre todo, libertad.

Por eso, pesar de todo, si en Occidente el creer de los fariseos sigue anidando en millones de personas, pienso que es sencillo entender por qué, muy cerca o entre nosotros, otras acaso igual cultas y seguro menos ricas, que por un buen lugar en el más allá están dispuestas a matar a todos, en cualquier momento, en el más acá.

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