miércoles, 30 de mayo de 2007

63.MENTIR ES DE MALA EDUCACIÓN

En otros tiempos, no tan lejanos, dábamos por descontado que, por el hecho de serlo, cada español era un señor.

El orgullo, la valentía y el honor eran las virtudes comunes que, estimuladas por la pobreza, la envidia y la desatada ambición, hicieron a todos llamarnos, entre nosotros, “Don “ y “Señor”. Cada hombre se consideraba y muchas veces lo era, un caballero español.

En el camino de pasar de niño a mayor, todos aprendimos que solo dice mentiras quien no es un señor. Se podría hacer algo muy mal, incluso robar y matar, pero mentir, jamás.

Mentir era, en otro tiempo, propio de gente despreciable, cobarde y sin honor.

Hoy al ver que hay en España personas que mienten y mienten mucho, me siento avergonzado y me angustio mucho por estar gobernado por gentes con tan mala educación.

Claro que, en nuestras tierras, ya no se sabe hablar de usted, no se dice a nadie señor, ser médico, ingeniero, arquitecto, padre o profesor no implica honor.

Es, al final, un tema de esfuerzo y educación. Lo deseo mucho, pero no estoy seguro de que los españoles, queramos ser lo que siempre hemos sido, una gran nación, llena de señores con honor.

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