sábado, 7 de abril de 2007

22.ACTITUDES POSITIVAS. LA PAZ 1970

No. No, aunque esta casi terminado, no puedo seguir ahora con el tercer ejemplo de actitudes vinculativas de igualdad que llevan a buenos resultados.

Relataré en su lugar uno de los mayores errores, consecuencia de la carencia de esas actitudes, por el que siento mayor vergüenza y que más me ha hecho aprender.

La Paz. 1970. Son las 11 de la mañana de una día soleado. Los jardines de la Universidad están realmente preciosos, lo recuerdo bien.

En el Consejo Académico, o acaso en una reunión preparatoria para ese Consejo, se trata sobre la sustitución del Doctor Francisco Nadal, impulsor del nacimiento de la UCB, su primer y único Decano hasta ahora, que ha planteado su renuncia irrevocable.

Hay tensión. Se habla de generalidades pero poco a poco parecen perfilarse dos opciones, de una parte el Doctor Alberto Conesa, Director del Departamento de Sicología, de otra el Doctor Huascar Taborga, también Director de Departamento, gran estudioso, muy prudente, con una gran humanidad y, lo sé bien, buen amigo.

Hay razones para optar por cualquiera de ellos, pero la opción que parece más perfilarse es la del Doctor Taborga.

Sin encomendarme a Dios ni al diablo comencé a hablar. Lo hice con gran seguridad y soltura. En menos de cinco minutos habían salido de mi boca todas las cosas que cualquier persona debía mantener bien calladas salvo que este muy interesada en ganarse un montón de enemigos.

Comenzado por mí mismo fui repasando las figuras de todos los asistentes y enumerando las razones por las que ninguno era la persona adecuada para el puesto. Todos éramos malos candidatos, pero de entre tantas malas opciones las menos malas eran el Doctor Taborga y el Doctor Conesa. Por ello mi voto era, me parece recordar, para el Doctor Taborga.

La decisión final, creo del Rector o acaso de la Conferencia Episcipal, no lo recuerdo, fue el nombramiento del Doctor Huascar Taborga como Decano.

El Doctor Taborga , durante los meses que ocupó el cargo, antes de pasar a ser Ministro de Educación y más tarde Canciller de la República, hizo una gran labor como decano de la Universidad.

Hoy se bien que el Doctor Huascar Taborga es uno de los más grandes hombres que he conocido a lo largo de muchos años en el mundo de la educación, la política y la sociedad a lo ancho de todo el mundo.

Huascar fue bueno conmigo, jamás me hizo reproche alguno, me respetó siempre a pesar de mi ignorante prepotencia y, a pesar de mi estúpida soberbia, tuve el honor de seguir colaborando con él, tanto en la Universidad como en su gestión, siempre muy difícil, en la política boliviana.

Como Huscar Taborga, Alberto Conesa y el resto de mis colegas de la Universidad eran mucho mejores que yo, me perdonaron la desafortunada intervención y me dieron la gran lección de saber aprovechar mis cualidades, aunque en muchos temas fuera un incapaz.

Hoy se muy bien que, como lo he hecho cientos de veces después de aquello, entonces debería haber resaltado las virtudes de todos los presentes y dado gracias públicas al cielo por contar, para sustituir a Pancho Nadal, no solo con dos personas tan capaces como ya eran Huascar Taborga y Alberto Conesa sino tener además todo un elenco de muy buenos candidatos en el seno de la Universidad.

1 comentario:

JOSE LUIS MINGO dijo...

Gracias a este blog y acaso porque tuve el acierto de escribir esta entrada, en octubre de 2010 he tenido la gran ventura de recibir desde Buenos Aires noticias del Doctor Alberto Conesa, al que espero ver muy pronto.
Una gran alegría que vale la pena escribir y recordar.