Hace unos días me preguntaban qué pensaba yo de los beneficios extrasalariales en las empresas, añadiendo mis interlocutores que eran partidarios de pagar todo en sueldos e incentivos, dejando que cada empleado gastase su dinero en lo que considerase más conveniente.
Sin entrar en la discusión, que puede ser larga y muy compleja, creo que hay algo que cualquier empresario y cualquier directivo, con mando sobre personas, tiene que tener muy presente, son los seguros de vida y de accidente.
No ocurre nunca, pero cuando ocurre puede ser tremendo decirle a la viuda, al viudo o a los hijos, que en la empresa no hay nada de nada, que para eso está la seguridad social.
Es cierto que cada cual puede gastar su dinero en lo que quiera, pero por la propia tranquilidad es muy importante tener, además de lo legal, un buen seguro de accidentes y, a poco que quepa en los presupuestos, un razonable seguro de vida para el personal.
A lo largo de mi vida he ido contratando seguros para el personal de las empresas en las que he trabajado y, la verdad, gracias a haberlo hecho, los malos ratos que he pasado, que no han sido pocos, han sido un poco menos malos.
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